SAN JOSÉ, COSTA RICA —Jorge Luis López Delgado, que radica en Estados Unidos desde hace más de 15 años, recibió este sábado a sus dos hermanos que fueron aprobados con el «parole humanitario», el nuevo programa de Washington que busca establecer una migración “ordenada” para los nicaragüenses, cubanos, haitianos y venezolanos.
Sin embargo, las fechas que López había definido para que sus hermanos Renato y Henry viajaran desde Nicaragua, de donde son originarios, a EEUU bajo el parole humanitario eran otras. El primero viajaría el 11 de febrero y el segundo un mes después porque es lo que indica el parole.
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No obstante, fue adelantada al sábado para ambos hermanos previendo una posible suspensión al parole humanitario, indica López, luego de que 20 estados controlados por gobernadores republicanos interpusieron una demanda ante un tribunal federal en Texas para solicitar la suspensión del programa.
“Lo que hice fue comprar el boleto lo más rápido que se pudiera temiendo que el parole fuera suspendido o que se diera alguna situación legal aquí. Los dos partidos están en contienda en este país”, dijo el nicaragüense a la Voz de América. “Inicialmente yo quería traerlos uno por uno”, agregó.
Tanto Renato y Henry López llegaron el sábado al aeropuerto de Fort Lauderdale, en la Florida, para reencontrarse con su hermano que tenía al menos cuatro años de no viajar a Nicaragua por la crisis sociopolítica.
Temen suspensión del parole
Las organizaciones no gubernamentales y políticas en Nicaragua piden una “flexibilidad para el ingreso de quienes huyen” de la «represión de Ortega» y por otro lado “que apliquen con todo el peso de la ley las sanciones» contra el mandatario sandinista, tal y como indica a la VOA la activista Ana Quiroz, quien pertenece a la organización Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB).
Según Quiroz, cerrar la posibilidad de migrar hacia los Estados Unidos para la población nicaragüense que huye de la crisis en el país “sería algo sumamente negativo”.
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“Nunca en la historia, desde que hay registros de la migración, ha habido más migrantes nicaragüenses, más exiliados y más personas que huyen que lo que ha habido en los últimos cuatro años y meses. Esto se debe a las condiciones del país y se debe a, especialmente, las medidas dictatoriales del régimen de Ortega y Murillo”, agrega Quiroz.
En tanto, otros nicaragüenses han pedido apoyo para obtener un patrocinador ante la falta de posibilidades de tener familiares cercanos como José*, un joven de 20 años que pertenece a una organización opositora estudiantil.
José indica que requiere salir del país desde 2019, ya que en dicho año se multiplicaron los encarcelamientos a los jóvenes que participaron en las protestas de 2018 y veía una esperanza en el parole humanitario, aunque teme que se cancele.
“Salir de Nicaragua me ha sido más que imposible, ya que no cuento con la ayuda necesaria para guardar de mi seguridad. Tengo más de un año buscando contactar con organizaciones para exponerles mi caso y puedan brindarme la ayuda que tanto requiero, antes que sea demasiado tarde”, dice este joven.
Jorge López, quien acaba de reunirse con sus hermanos considera la medida migratoria como segura y expedita, ya que había solicitado a uno de sus hermanos hace tres años, pero dice que este tipo de aplicación era más larga.
“A veces dura entre siete, a veces 10, dependiendo del país duran hasta 14 años. Lo que el parole me permitió a mí fue venir de manera expedita en términos de tiempo”.
De igual forma agrega que es una alternativa segura, ya que en otras ocasiones sus hermanos le dijeron que querían llegar de forma irregular “cuando estaba el auge” migratorio, aunque él se opuso por “el peligro de secuestro y la extorsión”.
Jorge ve el parole como «un premio, como algo que retribuye» el sacrificio que ha hecho por todo este tiempo en donde ha trabajado como soldador de estructuras métalicas en puentes.
“Yo lo veo como que el gobierno de Estados Unidos le está dando oportunidad a las personas que trabajan, se esfuerzan y cumplen con lo que dice la ley para poder traer a sus familiares. Desgraciadamente, a veces algunas personas lo están viendo como que es discriminatorio, pero no, yo lo veo como una forma justa”, concluye.