El Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) recibirá este miércoles la «Síntesis de la labor del Grupo de Trabajo sobre Nicaragua desde 2018″, informó el organismo en una nota de prensa.
Los integrantes del Grupo de Trabajo también realizarían consultas al régimen de Daniel Ortega, sin embargo, desde que comenzó la crisis éste no acepta las resoluciones emanadas de este Consejo Permanente.
En abril de 2022 Nicaragua abandonó la OEA por considerar que se trata de un «un instrumento de Estados Unidos».
«No tendremos presencia en ninguna de las instancias de ese diabólico instrumento del mal llamada OEA», refirió el régimen en esa ocasión al mismo tiempo que retiró las credenciales de sus representantes Orlando Tardencilla, Iván Lara y Michael Campbell.
El 19 de noviembre del 2021, el régimen de Ortega ya había expresado su «renuncia irrevocable» ante lo que llamó «esta calamitosa, truculenta y mentirosa dependencia del Departamento de Estado del imperialismo yanqui».
OEA apuesta a «diálogo» en Nicaragua
El Grupo de Trabajo del Consejo Permanente para Nicaragua fue creado mediante resolución CP/RES. 1109, aprobada por en la sesión extraordinaria celebrada el 2 de agosto de 2018 de conformidad con lo dispuesto en el artículo 12 del Reglamento del Consejo Permanente.
Uno de los mandatos del Grupo está dirigido a contribuir a la «búsqueda de soluciones pacíficas y sostenibles a la situación que se registra en Nicaragua» desde hace cinco años, incluso por medio de «consultas con el Gobierno de Nicaragua».
El Grupo de Trabajo ayudaría al proceso de «diálogo nacional en Nicaragua», incluyendo medidas de apoyo, acompañamiento y verificación en coordinación con los esfuerzos en curso de la OEA, el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) y de otros actores regionales e internacionales.
La crisis sociopolítica en Nicaragua se recrudeció en los últimos meses y la Iglesia católica es blanco de los ataques del régimen. En febrero pasado 222 presos políticos sufrieron el destierro y desnacionalización. Otro grupo de 94 nicaragüenses, ese mismo mes, también sufrieron la apatridia.