Redacción / IP Nicaragua
Las opositoras Tamara Dávila y Violeta Granera fueron detenidas por su activismo en contra del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo y ocho meses después son llevadas a un juicio lleno de irregularidades y arbitrariedades.
Sus familiares reportan malos tratos y hostigamiento en contra de ambas opositoras.
El 8 de junio de 2021, Violeta Granera, la líder opositora y miembro de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) fue detenida.
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Al menos 35 oficiales entraron a su residencia, la esposaron y la dejaron bajo custodia policial.
La noche del 11 de junio los agentes sacaron a Granera de su casa y la llevaron a la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como “El Chipote”.
Granera nació en 1952, es socióloga de profesión. Fue directora del Movimiento por Nicaragua en 2007, y excandidata a la vicepresidencia por la Coalición Nacional por la Democracia en el 2016.
Granera, símbolo de liderazgo
La activista también fungió como Coordinadora Nacional del Frente Amplio por la Democracia (FAD) y surgidas las protestas de 2018 se involucró con la UNAB.
En el marco de las protestas antigubernamentales brindó refugio en su casa a personas “víctimas de la violencia”, pero debido a los mensajes amenazantes que le decían “sabemos que estás hospedando opositores en tu casa”, dejó de hacerlo.
El 23 de agosto de 2019 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) le otorgó medidas cautelares por las constantes amenazas recibidas, incluso en contra de su hijo Julio Eduardo Sandino.
“El pueblo de Nicaragua ha hecho un gran sacrificio y una enorme contribución para ir apretando el cerco y lograr que Daniel Ortega entienda que tiene que irse”, dijo Granera en julio de 2020 cuando celebró las sanciones impuestas por Estados Unidos contra Juan Carlos Ortega Murillo.
Tamara Dávila separa de su hija
Desde el 12 de junio de 2021, día que la opositora Tamara Dávila fue detenida por el régimen, la investigadora y especialista en temas de educación Josefina Vijil no parado de pedir libertad para su hija.
Tamara Dávila se está perdiendo “etapas fundamentales del desarrollo de su hija”, afirmó Vijil desde su cuenta de Twitter. “Le están negando ese derecho a ella y a su hija”, insistió Vijil.
“Hoy mi nieta flotó sola en el agua por primera vez. Lo vivió como lo que es, un gran éxito. Se lo mostró con orgullo a quienes tenía cerca. Bailó y aplaudió. Su mirada se entristeció cuando recordó a Tamara Dávila”, escribió Vijil el 2 de octubre de 2021.
Tamara cumplió 248 días de estar “ilegal e injustamente” en prisión y se encuentra en situación de aislamiento, hambre, frío y todo lo que constituye “tortura”.
La activista es miembro también de la UNAB, una plataforma opositora nicaragüense que surgió en 2018.
El día de su detención se encontraba en su vivienda con su hija de cinco años.
