44 nicas siguen a la intemperie en Guatemala, pasando hambre y frío

* Esperan que las autoridades migratorias den una respuesta positiva para su ingreso al país.

Redacción IP / Nicaragua

El pasado 28 de febrero, Julio César Hernández Vallecillo llegó a Guatemala para estudiar inglés, gracias a una beca que recibió, pero debido a la pandemia de covid-19 en el mundo no logró continuar sus estudios.

“Venía en una misión de parte de una iglesia, de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, mejor conocida como los mormones. Venía a pasar una beca de estudios por cuatro meses, de inglés, y he estado este tiempo queriendo hacer el intento, desde hace tres meses de querer retornar a mí país”, contó a IP Nicaragua.

La atleta nicaragüense Sayra Laguna se encuentra en ese grupo. Foto cortesía: Sayra Laguna / IP Nicaragua.

Ahora forma parte de un grupo de 44 nicaragüenses, que desde hace seis días permanecen varados en El Corinto, la frontera que separa a Guatemala de Honduras, esperando que el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo se pronuncie sobre la situación de estos conciudadanos.

Hernández Vallecillo ha hecho varios intentos por volver al país. Tiene que hacerlo, pues confiesa que un familiar muy cercano enfermó de covid-19.

“Tengo un familiar que está con problemas del virus, entonces necesito estar cerca de mi familia”, enfatiza.

Aunque, el gobierno orteguista no ha impuesto una cuarentena obligatoria en el país ni ha cerrado oficialmente sus fronteras, los nicaragüenses que se encuentran varados en el exterior no han podido regresar ante la negativa de las autoridades.

“En los intentos que hemos tenido (por volver) perdí un vuelo aéreo. Lógicamente no se han abierto las fronteras y estoy haciendo el intento terrestre, y aquí estamos varados”, señaló Hernández Vallecillo.

Una esperanza

La atleta nicaragüense Sayra Laguna se encuentra en ese grupo. Su viaje lo emprendió desde California. Afirma que en estos días, que han permanecido en la frontera El Corinto, han pasado “calamidades”.

“Hemos pasado un poquito de frío. En lo alimenticio, tal vez hacemos dos tiempos de comida, pero a veces tenemos los tres tiempos (…) Hemos recibido sol, lluvia y hace unos días el dueño de la gasolinera que está aquí en la frontera nos dio la oportunidad de que estuviéramos en un pasillo para dormir más que todo”, agregó Laguna.

Entre los nicaragüenses que esperan una respuesta de las autoridades de migración de Honduras hay una niña de tres años y una mujer con ocho meses de gestación.

La deportista confirmó que se han hecho gestiones con compatriotas que están en territorio nicaragüense, Honduras y otros en Guatemala, quienes están colaborando para asegurar y agilizar que sea un retorno seguro.

“Se pretende que a más tardar el día miércoles nosotros podamos salir. Están haciendo los trámites del salvoconducto, el proceso para hacernos las pruebas de covid-19, que son los dos requerimientos que necesita Honduras para que podamos pasar”, manifestó Laguna.

Por ahora, lo único seguro que tienen es el pago de los dos buses que los transportará hasta la frontera de Las Manos –entre Honduras y Nicaragua– que será financiado por gente de buena voluntad, y se está valorando conseguir otro colaborador para movilizarse ya en territorio nicaragüense.

Nicas en Panamá

Otro grupo de 848 personas, que permanecen varadas en la provincia de Chiriquí en Panamá, zona fronteriza con Costa Rica, esperan que las autoridades de migración de Nicaragua, autoricen su ingreso al país.

Aunque el Gobierno de Ortega se había comprometido inicialmente que grupos de cien personas ingresaran al país cada ocho horas, después echó pie atrás y unilateralmente, sin consultar a sus homólogos de Costa Rica y Panamá, decidió que fuese cada 72 horas.

Foto portada: Sayra Laguna.

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