Orteguismo festejó un aniversario más de la revolución, minimizado por el covid-19.
Lester Arcia
Durante 40 años las calles de los barrios aledaños a la Plaza Juan Pablo II servían como estacionamiento de los buses que llegaban en caravana provenientes de diferentes partes del país para concentrarse y escuchar el discurso del ahora presidente, catalogado como dictador, Daniel Ortega.
Este 19 de julio es completamente distinto: calles y avenidas principales vacías, pobladores en sus hogares protegiéndose del covid-19 y un reducido grupo de simpatizantes orteguistas que buscan sombra en una esquina de la Plaza de la Revolución.
En todo el perímetro, donde siempre se ha celebrado año con año el triunfo de la Revolución Popular Sandinista, pareciera haber mayor cantidad de agentes policiales que los propios ciudadanos.
Pocos vendedores ofertan banderas con los colores del partido de gobierno y de forma poco publicitada ofrecen también la azul y blanco que identifica a los nicaragüenses. “Esta mala la venta. Ya sabíamos que iba a pasar esto por el covid”, dijo uno de los comerciantes, quien desafiaba la aparente normalidad que quiere mostrar el gobierno, utilizando mascarilla.
Por otro lado, una vendedora ambulante dijo que ella siempre va a ese lugar para esta fecha y aunque sabía que este año Ortega no convocó a su militancia, como de costumbre, decidió arriesgarse.
“Hoy me vine y estoy desde temprano. Aquí están viniendo poco a poco gente, pero más que todo son de los ministerios que vienen en camionetas”, señaló.
El reducido grupo de simpatizantes sandinistas que se concentró en la plaza, toma cerveza y ron y ponen a alto volumen canciones revolucionarias con bocinas que ellos mismos llevaron en sus vehículos.
Este año el FSLN no colocó las inmensas torres de sonido que hacían ensordecer a los transeúntes.
La descolorida «Campana de la Paz»
La «Campana de la Paz», un monumento que acaba de construir la Alcaldía de Managua, no lució como se esperaba para esta fecha.
La obra, en la que se invirtieron más de 29 millones de córdobas, estaba prevista que se inaugurara el pasado 17 de julio, fecha en que Estados Unidos sancionó al hijo de la pareja presidencial, Juan Carlos Ortega.
Este 19 de julio, la campana lució descolorida, muy distinta al diseño original que han presentado en los medios de comunicación.
Las escaleras que aparecen en el diseño parecen haberse extraviado y está custodiaba por agentes antimotines.
Los primeros repiques de esta obra, catalogada por los cibernautas, como innecesaria para el país, los dio a media noche de este 19 de julio, lo que para muchos es el reflejo de la decadencia del régimen.
“Este 19 de julio demuestra que Ortega pronto se irá del país y seremos libres”, publicó un ciudadano en su cuenta de Facebook.
Ortega y Murillo orientaron a su militancia a conmemorar de forma virtual el día de la revolución, sin embargo, han movilizado a su gente en barrios, comunidades y municipios, llegando a aglomerar a ciudadanos. Dicho acto podría elevar las cifras de casos positivos de coronavirus.