Médicos nicaragüenses califican como inhumano lo que se está viviendo en los hospitales del país

* “¿Qué pasa con las donaciones? En mi área nunca las vi. No sé si llegaron, pero definitivamente nunca las vi pasar. Es por eso, por alzar la voz, por exigir, es que a los médicos se nos está despidiendo, pero no vamos a quedarnos callados”, expresó una trabajadora de la salud que fue despedida la semana pasada.

Orlando Valenzuela / IP Nicaragua

Los médicos nicaragüenses están entre la espada y la pared, y tienen que decidir entre morir contagiados de covid-19 o ser despedidos de sus trabajos en medio de la pandemia.

Al menos eso es lo que se advierte con la ola de despidos del personal médico de los hospitales públicos, que en menos de una semana costó el empleo a catorce profesionales de la salud, entre médicos especialistas, oncólogos, anestesistas, neumólogos y de otras sub especialidades que se suman al ejército de galenos que fueron despedidos durante las protestas ciudadanas que estallaron en abril de 2018.

Peor suerte, han corrido más de 30 profesionales de la salud que han fallecido por brindar atención a los pacientes de covid-19 sin los equipos de seguridad apropiados, que debió proveerles el Estado desde el inicio de la pandemia en Nicaragua.

Así quedó evidenciado durante una conversación en línea que sostuvieron un grupo de periodistas con el epidemiólogo nicaragüense Álvaro Ramírez en la que también participaron los médicos Nubia Olivares, Róger Pasquier, Miguel Orozco y varios invitados virtuales.

El doctor Ramírez destacó la importancia de la cuarentena voluntaria porque hasta el momento no existe una respuesta apropiada del Gobierno para prevenir y reducir la trasmisión del covid-19.

“Yo creo que la cuarentena voluntaria en este momento debe ser reforzada más que nunca, porque estamos viendo que el país completo está siendo afectado por esto y que ya las capacidades del sistema de salud para responder a las necesidades de los hospitales están completamente abarrotadas”, explicó.

“Y aunque ha habido la percepción de que los casos han disminuido, es una percepción falsa, porque eso tiene que ver con el reporte oficial del gobierno. En un periodo epidémico como el que estamos, no todo el tiempo va a haber subida, va a haber una semana que los casos pueden bajar, pero en la semana siguiente los casos repuntan. Esa no es ninguna señal de que la epidemia está bajo control y como hemos sabido, Matagalpa, Boaco, Estelí, el brote que hay en Puerto Cabezas, es muy fuerte y Managua va a volver a repuntar. Los hospitales no tienen suficiente personal para hacerle frente a las salas de covid-19, entonces, esto se va a ir agudizando con el tiempo. Lo más importante en este momento es reposar, la cuarentena voluntaria, ver qué se puede hacer para que la gente se siga manteniendo”, señaló el epidemiólogo.

Ramírez dijo que en Nicaragua es evidente la mentira institucional y criticó el enfoque con que se aborda la pandemia del covid-19.

Epidemia tratada como ataque político

«Básicamente, mientras en  los países democráticos de todo el mundo, la epidemia se abordó como un problema sanitario, como un problema de salud pública, y hacían medidas para proteger a la población, independientemente de sus características políticas, de su tendencia religiosa o definición de cualquier  ideología, en Nicaragua se abordó como un problema de los ‘puchitos’, un problema de la derecha golpista, un problema político y un problema que iba  a intentar derrocar al gobierno, y al final, quienes están pagando muchos de los muertos son los mismos paramilitares, los diputados, ministros y gente del Gobierno por una falla de visión nacional. Y esto todavía se va a prolongar, desafortunadamente, no hemos visto el máximo», Advirtió Ramírez.

Carta de despido de algunos médicos. Foto: Redes Sociales / IP Nicaragua.

«Este no es un problema de sólo los médicos que están en los hospitales enfrentando esto, esto es un problema de todos y para colmo, está la actitud arrogante del Gobierno (de Ortega y Murillo) de despedir a tantos médicos, simplemente por pensar diferente o por tener una opinión que no corresponde al manejo que el gobierno está haciendo de esta pandemia», criticó el especialista.

El médico dijo que problema con el coronavirus es que todos tenemos riesgo de enfermarnos. “Todos”, subrayó. “Va a haber un gran porcentaje de personas que van a estar asintomáticas, particularmente los jóvenes y los adultos jóvenes entre 30-40 años, que no tiene patologías agregadas, pero esos están escritos en la literatura internacional, y están las otras morbilidades, como la diabetes, presión alta, problemas cardíacos y de esas morbilidades de las que el gobierno se ha valido para no incluir el covid-19 en los certificados de defunción en Nicaragua”, denunció Ramírez.

Por su parte, el médico Miguel Orozco cuestionó el actuar de algunos epidemiólogos afines al Gobierno que tratan de acomodar el planteamiento que debería de ser científico a uno político. «Están aceptando lo que antes habían negado, pero están diciendo que la epidemia no es para andar asustando a la gente, no es para tomar una actitud de prevención. No nos dejemos llevar por algunos discursos pseudocientíficos, que desde la posición del régimen están queriendo justificar lo que no se ha hecho», aseveró Orozco.

El médico nicaragüense hizo un llamado a la oposición para formar un comité de emergencia civil, formado por el Cosep y todas las organizaciones y grupos gremiales para ejercer presión y ayudar al pequeño y mediano productor, a la gente que no tenga para comprar medicina y un llamado a la cuarentena voluntaria.

La doctora Nubia Olivares, anestesióloga y especialista en cuidados paliativos, despedida del sistema de salud hace cinco días, explicó que su destitución fue por haber firmado, junto a otros 600 médicos, una carta demandando al Gobierno de Ortega-Murillo la realización masiva de las pruebas de covid-19 a todos los niveles de la población para mitigar y reducir el impacto de la pandemia en el país.

El doctor Carlos Quant Durán, fue despedido el 4 de junio. Foto: Redes Sociales / IP Nicaragua.

También exigía transparencia en los datos sobre la evolución de la pandemia en Nicaragua, así como establecer medidas de distanciamiento social, restricción de aglomeraciones masivas y políticas de apoyo social mediante el congelamiento de las tarifas de energía, agua, deudas bancarias y ayuda a sectores vulnerables, entre otras.

«Estos 600 médicos que firmaron la carta, no todos trabajan en privados. La mayoría trabaja dentro de instituciones pública de salud. ¿Entonces, van a tener que correr a todos estos 600 médicos?», se pregunta la doctora Olivares, quien piensa que detrás de este despido esté la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetsalud), brazo sindical del partido de gobierno en el Minsa.

Explicó que en los hospitales se vive una situación difícil por falta de equipos de protección, lo que ha provocado el contagio en muchos miembros del personal médico que hasta el momento ha provocado la muerte de más de 40 profesionales de la salud, entre médicos generales, especialistas, subespecialistas y enfermeras, entre otras.

«La situación es alarmante con respecto a los equipos de protección en el área en que yo trabajaba, en oncología, porque yo tengo trabajo con pacientes oncológicos, cada uno se tenía que comprar sus cubrebocas N95, sus gorros, sus caretas, inclusive, a veces hasta andábamos con botas. Lo único que nos daban era una botella de alcohol. En mi área a veces me decían, ¿Qué pasa con las donaciones? En mi área nunca las vi. No sé si llegaron, pero definitivamente nunca las vi pasar. Es por eso, por alzar la voz, por exigir, es que a los médicos se nos está despidiendo, pero no vamos a quedarnos callados. No podemos ante esta problemática. Tenemos que exigir nuestra protección primero, para luego ir a cuidar a los demás», comentó la anestesióloga.

La doctora Olivares destacó la importancia del anestesiólogo, sobre todo en estos momentos de la crisis sanitaria provocada por el mortal virus.

«Es realmente alarmante que se puedan despedir anestesiólogos, cuando son los anestesiólogos, los mejores garantes del manejo de la vía aérea, porque hay lugares aquí donde los intensivistas no son especialista en anestesiología, y aunque ellos están bastante entrenados, muchas veces solicitan el apoyo y hay instituciones que no son la del Estado, donde hay roles de anestesiólogos, exclusivos para el manejo de la vía aérea”.

“Eso es bien importante darlo a conocer, porque aquí lo que están haciendo es que  despiden a los anestesiólogos, sobrecargan de trabajo al resto de los anestesiólogos, encima de eso, sobrecarga de trabajo sobre los internistas, despiden especialistas en medicina interna, despiden especialistas en el manejo de la especialidad de otorrinolaringología, donde los primeros síntomas se centran alrededor de las vías respiratorias superior, irresponsablemente se despiden a especialistas de esta calidad. Esto es verdaderamente alarmante. Hay hospitales que los han asignado solo para la atención del covid-19, y sí, están saturadas las camas de cuidados intensivos y también las camas de las áreas de hospitalización y es muy importante el enfoque de los cuidados paliativos», reclamó Olivares.

“Inhumano”

«Me contaban que en el área del hospital solidaridad, los pacientes están falleciendo, están agonizando con el mayor nivel de conciencia, están sintiendo que se están muriendo y eso no es digno. Eso, a parte de la gran irresponsabilidad, institucional, es deshumanizante. Esa es la palabra. Es deshumanizante, y no sé si es por ignorancia, porque, aunque no fuera por ignorancia, no creo que aquí el garante se preocupe por darle una muerte digna a un ciudadano, sino que, por el contrario, preguntémonos a qué apuesta este Gobierno, con toda la irresponsabilidad, actitud antiética y deshumanizada con la que está tratando esta enfermedad», concluyó la doctora Olivas.

Otro que fue muy crítico en sus señalamientos, fue el presidente de la Asociación Nicaragüense de Anestesiología, doctor Róger Pasquier.

«Nicaragua está gobernada por personas que no tienen piedad ante las desgracias que está pasando el país. Hoy toca apelar a la solidaridad y al apoyo internacional por la difícil situación que está viviendo el pueblo de Nicaragua, la carencia de procesos de prevención y protección del personal sanitario que nos ha implicado enormes y grandes riesgos y esto ha provocado grandes daños a la salud en el gremio de la anestesiología», lamentó Pasquier.

El dirigente gremial de los anestesiólogos dijo que por tratar de contribuir en la lucha contra la pandemia del covid-19, el gobierno los ve trata como enemigos.

«En abril de 2020 como asociaciones y sociedades médicas propusimos un plan de acción, prevención, contención y mitigación: ¡Pecado venial! Luego inundamos torrencialmente a todos los colegas con información científica- técnica en un documento de 200 páginas y lo distribuimos en todos los lugares donde pudimos tener alcance, y seguramente este era un acto conspirador, después exigimos un plan de atención, prevención y protección para el personal sanitario, ¡Otro pecado!, Pedimos que se cumpla el reglamento sanitario internacional y las recomendaciones  de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y parece que fue como que le dimos una cachetada a alguien. Y hoy seguimos pidiendo verdad y transparencia en los informes epidemiológicos, que deberían de ser completos, responsables, diario y no semanales. Promovimos la cuarentena voluntaria para disminuir la tasa de reproducción de contagio en la población más empobrecido del país, y pedir cuarentena para que nuestra gente no se muera, fue pecado mortal”, denunció el especialista.

El colmo de todo esto, es que, hasta tomar medidas básicas de protección dentro de los hospitales, como usar tapabocas les era prohibido a los médicos, «porque eso puede provocar pánico en los pacientes» alegaban los directores, con lo que los obligaban a atender a la población sin protección, lo que provocó contagios y muerte entre el personal médico.

«Esa persona (director) pensó que tener un tapabocas era un acto del imperialismo norteamericano y que posiblemente se estaba generando un golpe de estado. Quisimos evitar muertes valiosas. Mi mejor amigo murió de covid-19 y luego tratamos de hacer un homenaje a los hermanos médicos fallecidos, ¿qué pasó? Nos amenazaron con dos infiltrados, con represalias jurídicas. ¿Será eso tratar de debilitar un Gobierno? ¿Pedir que las recomendaciones de la OPS se cumplan dentro de nuestro país, pedir protección?», se preguntó Pasquier.

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