Organismos nacionales e internacionales advierten sobre un aumento de la pobreza a consecuencia de la pandemia, lo que a su vez amenaza a millones de niñas y niños.
Eva Inestroza / IP Nicaragua
En los últimos años, Nicaragua ha experimentado un incremento en el trabajo infantil, tanto en las calles de las ciudades como en el campo, a consecuencia de la crisis económica y el desempleo, indica la Federación Coordinadora Nicaragüense de ONG que Trabajan con la Niñez y la Adolescencia (Codeni), la cual alerta sobre un incremento de esa problemática como producto de la pandemia del covid-19.
En un pronunciamiento emitido este 12 de junio, en ocasión del Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, la Codeni señala que las últimas estadísticas sobre trabajo infantil, publicadas por el Gobierno, revelan que aproximadamente 396,118 niñas, niños y adolescentes trabajan de forma remunerada o no. Eso equivale al 31.1% de la población de 10 a 18 años.
“La situación es aún más grave para las niñas y las adolescentes mujeres, quiénes además de realizar arduas jornadas de trabajo doméstico, en el sector económico informal y en el campo, sufren mayor riesgo de ser víctimas de violencia sexual, trata de personas o explotación sexual o laboral a nivel comercial”, alerta en el pronunciamiento.
De acuerdo con un informe de la Organización Internacional del Trabajo y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), millones de niños corren el riesgo de tener que realizar trabajo infantil como consecuencia del covid-19.
Pese a que el trabajo infantil ha disminuido en 94 millones de niñas, niños y adolescentes, desde el año 2000 a la fecha, ahora se podría producir un aumento por primera vez en veinte años, alertaron también esas organizaciones en el informe “Covid-19 y trabajo infantil: En tiempo de crisis es hora de actuar”.
Revelaron que las estimaciones globales en 2017 indicaban que 152 millones de niñas, niños y adolescentes trabajaban en todo el mundo.
Aumento de las jornadas y riesgos
Según los organismos internacionales los niños que ya trabajaban podrían tener que hacerlo durante más horas, o en peores condiciones.
«Muchos de ellos podrían verse obligados a realizar las peores formas de trabajo, lo que causaría un daño significativo a su salud y seguridad», advierten en el informe.
Por su parte el director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder, expresó que «la protección social es fundamental en épocas de crisis, puesto que permite brindar asistencia a los más vulnerables».
De acuerdo con la Codeni, la falta de acceso a la información oficial actualizada dificulta conocer el estado de situación de las niñas, niños y adolescentes, y de cuántos desempeñan labores, que en el contexto actual, están en mayor vulnerabilidad a su salud.
«Sumado a las secuelas por su desarrollo físico, mental, emocional, social o educativo», detalla Codeni en el pronunciamiento.
Pobreza conlleva a incremento de trabajo infantil
Según el informe de la OIT y Unicef, la pandemia del coronavirus podría resultar en un aumento de la pobreza, y por tanto en un incremento del trabajo infantil, ya que los hogares utilizan todos los medios para sobrevivir.
Además, revelan que algunos estudios aseguran que un aumento de un punto porcentual del nivel de pobreza conlleva a un aumento del 0.7% o más, del trabajo infantil.
«En tiempos de crisis, el trabajo infantil se convierte en un mecanismos de supervivencia para muchas familias», dijo la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, de acuerdo con lo citado en el informe.
Las causas estructurales que originan el trabajo infantil están dadas por la pobreza, coincide la Codeni, además, de la cultura y la falta de políticas públicas efectivas para atender a grupos más vulnerables.
El cierre de escuelas
Una de las medidas para disminuir el contagio del virus ha sido el cierre de escuelas, así como el distanciamiento social, recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). No obstante, el cierre temporal de escuelas afecta actualmente a más de 1,000 millones de alumnos en más de 130 países, indica el informe de la OIT y Unicef.
Incluso, alertan que cuando se reanuden las clases, es posible que algunos padres ya no puedan permitirse enviar a sus hijos a las escuelas.
«Como resultado más niños podrían verse forzados a realizar trabajos peligrosos y de servidumbre. La desigualdad de género puede agudizarse, puesto que las niñas y adolescentes son particularmente vulnerables a la explotación en el sector agrícola, y en el trabajo informal o doméstico», advierten.
Recomendaciones
La OIT y Unicef propone un conjunto de medidas para paliar el riesgo de aumento, entre ellas, ampliar la protección social, facilitar la concesión de créditos a hogares en situaciones de pobreza, así como, facilitar el regreso de los niños, niñas y adolescentes a la escuela sin costo de escolaridad y disponer de más recursos para realizar inspecciones laborales y hacer cumplir la ley.
Por su lado, Codeni se suma al llamado internacional a garantizar la protección social de las niñas y los niños.
Por tanto, demandan al Estado a aplicar un conjunto de medidas encaminadas a prevenir y reducir el riesgo a qué aumente el trabajo infantil, entre ellas, apoyo a las familias más vulnerables y en condición de pobreza, creándoles condiciones para el empleo y acceso al crédito.
Asimismo, coinciden en promover el trabajo decente para los adultos, garantizar el acceso y gratuidad a los servicios de educación, salud, creación y aplicar las regulaciones que establece la ley en materia laboral y de protección especial integral para las niñas y los niños.
Los organismos internacionales, también informaron que están elaborando un modelo de simulación para evaluar los efectos del covid-19 en el trabajo a escala mundial.
Foto portada: El Nuevo Diario.