«La crisis sociopolítica continuará, aunque sea con un escenario macroeconómico limitado positivo, por el flujo de dinero fresco desde el exterior», dice el sociólogo en un artículo de opinión.
REDACCIÓN/ IP NICARAGUA
El dinero de los préstamos que pueda conseguir el régimen de Daniel Ortega, aunque sean controlados por organismos internacionales, pueden generar un cambio en la situación económica del país en 2021, traduciéndose en un crecimiento macroeconómico, aunque limitado, pero a nivel microeconómico no cambiará nada, afirmó el sociólogo Óscar René Vargas.
En un artículo titulado «Huracanes, el capital y el régimen Ortega-Murillo», Vargas expresa que «el régimen está considerando a los huracanes como un alivio, económicamente hablando, lo cual le puede permitir hacer jugadas políticas de coqueteo con sectores del gran capital».
Dijo que en esa dirección hay que interpretar la propuesta de «reconciliación y convivencia nacional» impulsada por Alejandro Bolaños, Néstor Avendaño y las declaraciones de Carmen Hilleprandt, presidenta de la Cámara de Comercio y Servicios de Nicaragua, quien expresó su voluntad de reunirse con Ortega.
«La búsqueda de una ‘salida al suave’ ha sido una acción política insuficiente que bien puede derivar en una especie de rendición política involuntaria o voluntaria, dependiendo quién sea», apuntó.
Según Vargas, la ecuación que bosqueja Ortega plantea demostrar que la conformación de un nuevo pacto es posible por la bonanza de dinero fresco de los organismos internacionales y que le permita preservar determinados márgenes de negocios y beneficios.
«La dictadura no se imagina una leve recuperación macroeconómica sin el concurso y auxilio de sectores del capital que han expresado estar dispuestos a lanzar una salvavidas al régimen», manifestó el sociólogo.
Sin embargo, aseguró que a nivel microeconómico las condiciones no sufrirán ningún cambio importante a lo largo del año 2021, período en que continuará la pobreza, desigualdad, desempleo, empleo informal, pobreza laboral, etcétera.
«Tampoco podemos prever que se produzcan inversiones locales o internacionales importantes, ni mejorar la crisis sociopolítica», subrayó.
Tanto el marco presupuestario de mediano plazo (2021-2024), como el Presupuesto General de la República (PGR) presentado por el Ministerio de Hacienda y Crédito Público (MHCP), contemplaban, junto con los organismos internacionales, un comportamiento económico previsto para el 2021 negativo, previendo una contracción entre el -1.2 por ciento a -3.0 por ciento, manifestó Óscar René Vargas.
Varios préstamos
En su artículo, Vargas señala que los posibles préstamos que el régimen pueda obtener después de los huracanes, son los siguientes; BCIE: US$ 178 millones ya aprobado; FMI: US$185 millones, Banco Mundial y BID sumados: US$ 90 millones; Fondo Verde Climático: US$176 millones ya aprobado; Unión Europea: US$10 millones y otros pequeños aportes (EE. UU. y Alemania).
«En la reunión virtual del BCIE con los presidentes de Guatemala, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, el presidente del BCIE dijo que el Banco Centroamericano tenía a disposición la cantidad de US$2,000 millones para Centroamérica. Dijo, también, que le corresponderían unos US$400 millones de dólares para cada país. No dijo cuándo comenzaban los desembolsos ni los términos. Por otro lado, el BID aprobó la cantidad de US$1,700 millones de dólares para la región de Centroamérica», cita parte del artículo de Vargas.
Previamente, en el proyecto de Presupuesto General de la República 2021, Ortega no tenía muchas esperanzas de conseguir donaciones y préstamos, ahora ellos (el gobierno) piensan que la proyección de contracción macroeconómica prevista en el presupuesto se puede transformar en crecimiento muy limitado, a nivel macroeconómico, afirmó.
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Crisis sociopolítica continuará
El sociólogo manifiesta en su artículo, que neutralizar y diezmar a los movimientos sociales, se suma la estrategia económica del dinero de los préstamos y cooperación de los organismos internacionales, para conquistar al poder fáctico del gran capital.
Insiste en que «la crisis sociopolítica continuará, aunque sea con un escenario macroeconómico limitado positivo, por el flujo de dinero fresco desde el exterior».
«Al mismo tiempo, la combinación de la existencia de una oposición frágil y sin propuestas concretas para tiempos políticos determinados, al mantenerse la represión y sin mayor presión económica, a la dictadura le puede permitir mantener su clientelismo político que se encuentra en la planilla de gobierno», señala el artículo.
Considera que por el comportamiento del régimen frente a la tragedia de la población damnificada por los huracanes de noviembre 2020, indicaría que la estrategia es dejar que la profundización de las cinco crisis, con un alto costo para la población, haga que la gente ‘de a pie’ sólo tenga tiempo para pensar en resolver los problemas inmediatos para sobrevivir.
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«En esas condiciones, la dictadura sabe que es muy difícil crear una alternativa de oposición democrática. Ortega juega a ganar tiempo esperando que la fase represiva impida una organización unitaria en contra. Por esa razón es necesario establecer, a la dictadura, tiempos políticos y fechas precisas para el cumplimiento de las precondiciones para unas elecciones transparentes y verificables establecidas por la comunidad internacional», puntualizó.
Vargas finaliza reconociendo que estamos en un impasse, porque hoy en día la alternativa democrática-progresista no tiene organización con vocación de poder y sin programa.
«El reto es crear el tejido social y político que permita construir una alternativa frente al binomio mortal en el poder», subrayó.