La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) emitió un comunicado este jueves en el que expresan que les alegra la recuperación creciente de las actividades pastorales, sin embargo, evitaron pronunciarse sobre el encarcelamiento de sacerdotes y el arresto domiciliario de moneñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa.
«Nos alegra la recuperación creciente de las actividades pastorales, lo que nos ha permitido entre otras cosas, celebrar Semana Santa, las fiestas patronales, reuniones, retiros y otras actividades religiosas», indican.
En el mensaje de adviento, que no fue firmado por monseñor Álvarez, miembro de la CEN, también hace referencia a las problemáticas sociales, en especial a la migración masiva de nicaragüenses.
“Los motivos de alegría no nos impiden reconocer las preocupaciones que tenemos sobre el acontecer social, político y económico de nuestra patria. Sobre todo, entre otros, la crisis migratoria, que es reflejo de un drama humano que nos interpela”, mencionaron.
No obstante, los obispos callan sobre la persecución del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra la Iglesia católica y sus líderes religiosos.
390 agresiones contra la Iglesia católica
Al respecto, la abogada e investigadora, Martha Patricia Molina, presentó esta semana la segunda entrega del informe Nicaragua: ¿Una iglesia perseguida? donde muestra que en el período de 2018 a 2022 la Iglesia católica sufrió 396 agresiones desde que Ortega asumió el poder. De estos ataques 127 fueron realizados en lo que va del 2022.
“En ningún momento pensé que íbamos a llegar a 396 hostilidades, pero es la realidad que tenemos”, afirmó sorprendida Molina durante la presentación del estudio.
La segunda entrega del estudio agrega más agresiones a la Iglesia católica y tipifica las mismas en categorías como hostilidades a los templos, medios de comunicación y proyectos, religiosos, pintas y mensajes de odio, procesos penales y laicos.
Al corte de la segunda entrega, Molina indicó que se habían cerrado cerca de 2,242 organizaciones no gubernamentales o sin fines de lucro, de las cuales 10 eran religiosas.
Mensajes de odio y exilio forzado
La primera entrega de la investigación reportó 17 mensajes de odio, cifra que en este segundo informe subió a 35. De acuerdo con la autora, la mayoría fueron emitidos por Ortega y Murillo, pero indicó que también hay mensajes de odio de los hijos de la pareja presidencial.
La segunda entrega reporta 11 exilios (1 obispo, 8 sacerdotes y 2 diáconos) así como 2 expulsiones (1 nuncio y 1 sacerdote).
Uno de los datos que resalta en esta entrega es el de 13 sacerdotes que recibieron amenazas de muerte.
En cuanto a las hostilidades usando el sistema penal, reporta 7 sacerdotes encarcelados, 2 seminaristas encarcelados, 1 obispo secuestrado y 1 diácono encarcelado.
Sobre las razones por las cuales se dan estas agresiones, Molina indica que “se debe al mensaje de verdad, a la difusión de la verdad a través del evangelio”.