Redacción / IP Nicaragua
Nicaragua destaca por una variedad de playas en el sur y occidente del país, sin contar con la cantidad de ríos y lagunas, pero en Semana Santa muchas familias prefieren una piscina inflable y quedarse en casa, una opción que toma fuerza tomando en cuenta el incremento en los precios de los combustibles.
Si es de las personas que durante Semana Santa prefieren quedarse en casa y ponerle el toque veraniego a su hogar, instalando su respectiva piscina, las opciones para adquirir una, son las que sobran en la capital y así evitará gastos en combustible.
En el sector de la rotonda La Virgen hay varios puestos de venta, al igual que en la zona del Conchita Palacios, barrio San José Oriental, supermercados y en los mercados capitalinos.
Cada verano, un mes previo a la semana mayor, Karen Gómez junto a su familia se instalan en el sector de la rotonda La Virgen, con el fin de comercializar estos productos plásticos, que incluyen flotadores en variados colores y estilos.
Las piscinas, según su tamaño y estilo, varían de precio, mencionó Gómez.
Asegura que desde hace un mes están ofertando sus productos y lo harán hasta el viernes santo.
La inversión cada año varía, «porque algunas veces los productos se ponen caros, otras veces
escasos», dijo.
«Iniciamos con alrededor de 30 a 35 piscinas de diferentes tamaños para ofrecer variedad al cliente”, manifestó Gómez.
Gómez afirma que llevan una década en el negocio donde ofrecen flotadores, salvavidas, piscinas para bebé, para niños y adultos.
“Tenemos de todas las figuras, unicornios, patos, gansos, tigres, delfines, chalecos, salvavidas,
hay caballitos de mar, en fin, hay piscinas de todos tamaños, tenemos de todos precios, accesibles al bolsillo de los nicaragüenses”, añadió Gómez.
Menciona que llevan aproximadamente 10 años de instalarse ahí y ya tienen su clientela que los conoce.
En este negocio, puede encontrar flotadores de 100 córdobas o 150, los precios varían según el modelo y tamaño, así mismo hay piscinas desde los 600 córdobas hasta 8 mil, que es la más cara.
“Esperamos tener una buena semana, respecto a la pandemia muchas personas se quedan en casa que labora junto a su madre.
A la fecha, las ventas no han estado muy buenas como en otros años. “Han estado bajas, pero el buen nica siempre espera hasta los últimos días”, dice Gómez.
Para ubicarse en esta zona pagan a la Alcaldía, cuando no están vendiendo piscina, se la rebuscan ofertando otros productos. “Nosotros somos comerciantes de años, en diciembre vendemos pólvora; y en el intermedio del año vendemos lotería, zapatos, cosméticos, todo lo que está en temporada», dijo.
Xiomara Muñoz, asegura que prefiere irse al mar con su familia, porque poner piscina le sale más caro, puesto que la factura del agua se le dispara, algo que ya tiene comprobado con su experiencia de años anteriores.
“Al final no se desperdicia toda, porque le echo agua a las plantas, pero es más el agua que boto a la calle, que las plantitas que tengo”, dijo Muñoz.
Jerónima Pérez, disfruta ver a sus seis nietecitos chapalotear en la piscina que les compró y por dos fines de semana seguido les ha puesto la piscina.
“No es todo el año que llenamos la piscina, se hace el esfuerzo para que compartan todos mis nietos, aunque tratamos de no llenarla completa porque la piscina es grande”, refirió la capitalina.
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