Defensoras de derechos humanos y organizaciones de la Costa Caribe de Nicaragua lanzaron este martes 21 de noviembre el Observatorio de Pueblos Indígenas y Afrodescendientes de Nicaragua (OPIANIC).
Este nuevo espacio se desarrolló «para realizar estrategias de incidencia, visibilizar y aportar a la protección de comunidades indígenas. También trabajarán en la transferencia de capacidades, estrategias para el desarrollo integral de las comunidades.
Su línea de trabajo se centra en investigaciones, donde se incluirán a al menos 100 comunidades de la Muskitia, en los 23 territorios y 300 líderes comunitarios.
OPIA, defender los derechos de los pueblos indígenas
La misión que se plantea el observatorio es contribuir a la defensa de los derechos de los pueblos indígenas y afrodescendientes «impulsando el cambio en las relaciones históricas de colonialismo estructural hacia el Caribe de Nicaragua y potenciando su autonomía comunitaria, su identidad cultural y el respeto a la madre tierra».
Como parte de este lanzamiento, el Observatorio preparó un informe que comprende desde febrero de 2022 a julio de 2023 y recopila casos de violación.
El informe, cuyo nombre es Exclusión, complicidad y colonización: violaciones a derechos humanos en comunidades indígenas de la Muskitia norte en Nicaragua, contiene 171 páginas donde se visibilizan todos los atropellos contra los derechos humanos.
Despojo de sus tierras
Según el informe, la violencia ejercida a los pueblos de la Muskitia, busca principalmente quitarle las tierras y territorios a los pueblos indígenas.
«La violencia ejercida contra las 105 comunidades indígenas, distribuidas en 17 territorios indígenas de la Muskitia Norte se concentra en los derechos territoriales de los pueblos miskitus y mayangnas, con la clara intención de despojarlos de sus tierras comunales», señala el informe.
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Agrega además que «para lograr este objetivo, se utilizan diversas estrategias explícitamente violentas, incluyendo aspectos culturales, simbólicos, psicológicos, políticos y de género».
Además, la presencia armada paramilitar es evidente y acompaña cada acontecimiento, pasando fácilmente de la amenaza a la ejecución, lo que resulta en heridos, asesinados y desplazados», detalla.