Dollene Miller es psicóloga y una voz que en el Caribe nicaragüense representa los derechos de las mujeres afrodescendientes. “El Estado de Nicaragua tiene una deuda con este sector”, dice para este reporte y a una semana de haberse celebrado el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente, Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora.
Dice Miller que en las regiones del Caribe, el papel de la mujer Afro es determinante para emprender acciones sociales e incidir en las situaciones de su comunidad.
Señala que ellas, son fundamentales para identificar las limitaciones y marginaciones que sufre la mujer de color y sientan las bases para romper con los esquemas de discriminación racial.
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No obstante, pese a ese importante papel, son relegadas y mantenidas en el olvido. “Eso es preocupante. Hay pobreza, pocas oportunidades y violencia en nuestras comunidades”, señaló.
“Mal legado”
Advierte que estas malas condiciones conllevan a promover el sexismo, la pobreza y marginalidad en las comunidades.
“La mujer negra carga con un sinnúmero de perjuicios, existen procesos que se han desarrollado en pro de visibilizar a la mujer del Caribe, sin embargo, hay muy poca participación en la toma de decisiones y el tema social”, menciona la defensora costeña.
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“No estamos todavía abriendo campos para las mujeres en el tema político, sino representatividad para la manipulación de acuerdo a intereses, esta sigue en un papel de sumisión, está a su vez, es un mal legado que se transmite de generación a generación”, critica la especialista al comentar la situación actual de este grupo poblacional.
Hay un antecedente histórico, señala. Explica que una de las demandas por años del sector ha sido el respeto a sus derechos ancestrales y a su integridad.
“Las voces de mujeres negras han sido fuertes desde la participación civil, no así en los poderes del Estado, a dónde se implementa el modelo de imposición del Estado cambiando el rol de la mujer Afro para dar invisibilidad”, advierte.
En el olvido
En 1992, en República Dominicana se determinó esta fecha conmemorativa de la mujer Afrocaribeña en un congreso de más de 400 mujeres latinoamericanas y del Caribe.
En ese congreso, se desarrollaron temas sobre discriminación racial, pobreza, migración y violencia que afectan a la mujer de la comunidades afroamericanas.
Es por eso que cada 25 de julio, se conmemora el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente, Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora, recuerda Miller.
“El problema es que siempre nos damos cuenta y no solo ese día sino siempre, que son derechos en el olvido”, denuncia la especialista.
“Es necesario –recomendó– que no solo ese día, sino todos los días recordemos las demandas de reivindicación de los derechos de la mujer caribeña. Hay muchas necesidades y muy poco se ha hecho”, explica la psicóloga y defensora de derechos humanos.
En 2017, Miller fue asignada para representar a la comunidad Creole Afrodescendiente ante la Comisión Nacional de Demarcación y Titulación (Conadeti).
También se le atribuye la coordinación de estrechos lazos con la Red Afrolatina y Afrocaribeña en pro de las demandas del sector.
Su entereza la ha hecho notar como una destacada defensora de la comunidad afrodescendiente del Caribe nicaragüense.
“Debemos apostar a ser visibilizadas, trabajar en eso. El papel de la mujer es determinante para el desarrollo de cada comunidad”, enfatizó la activista.