Familia Tathum: cuatro décadas de pasión artesanal en el Caribe de Nicaragua

Esta es la historia de cómo una familia tiene más de 40 años promoviendo la cultura a través de materiales naturales y técnicas ancestrales.

En la vibrante región del Caribe Norte de Nicaragua la familia Tathum tiene más de 40 años creando artesanías naturales. Este legado, que comenzó con los abuelos paternos de Virginia Tathum, creció y evolucionó, convirtiéndose en un taller artesanal reconocido en toda la región y más allá de las fronteras de Nicaragua.

La historia de Tathum Artesanías se remonta a los años ochenta cuando los abuelos de Virginia Tathum, de 24 años, iniciaron el taller en Puerto Cabezas. La tradición artesanal se transmitió de generación en generación.

Virginia relata cómo su padre y tías aprendieron las técnicas de sus abuelos, elaborando productos inspirados en la naturaleza como pinturas en conchas marinas, algas y paredes.

«Mi papá siempre ha sido independiente y emprendedor, y nos inculcó esos valores. Es algo que nos enseñó a ser nuestros propios jefes y trabajar para nosotros mismos», comenta Virginia Tathum, quien comenzó a trabajar en el taller a los 14 años, siguiendo los pasos de su hermano menor, que empezó a los 8 años.


La familia utiliza siempre materiales naturales y sostenibles, como el tunu que se extrae de la corteza de un árbol en la Reserva Biológica de Bosawás, pero sin dañar el árbol.

«La manera de extracción de este textil es de forma respetuosa hacia la naturaleza y el árbol no muere. Se regenera y sigue viviendo», explica Virginia, quien asegura que su familia mantiene un compromiso con el medio ambiente.

Del Caribe de Nicaragua a la capital

Con el tiempo, Tathum Artesanías se adaptó a las demandas del mercado. Aunque inicialmente sus productos se vendían a nivel regional en el Caribe Norte, Virginia, quien se mudó a Managua hace tres años, expandió el alcance del negocio a través de redes sociales como Facebook e Instagram.

«Aquí en la capital es diferente; todos utilizan redes sociales para vender sus productos. Eso nos ha permitido expandirnos más allá del Caribe Norte, llegando también a Managua y todo el pacífico,» explica la joven.

Virginia comenta cómo esta expansión les permitió llegar a lugares como Jinotega, San Juan del Sur y Rivas. «Nuestro plan a futuro es poder establecernos o meter nuestros productos en tiendas colectivas en varios puntos del pacífico de Nicaragua para poder movilizar más el producto y que se comercialice mejor».

Además de las artesanías tradicionales, la familia también se dedica a la elaboración de rotulaciones industriales para empresas privadas y gubernamentales, demostrando su capacidad para diversificarse y adaptarse a diferentes mercados.

«Hacemos trabajos a gran escala, y somos conocidos por nuestras rotulaciones grandes para empresas privadas y gubernamentales», dice Virginia.

Colectivo de Mujeres Yapti Prana

Virginia no solo se enfoca en expandir el negocio familiar, sino que también inició un colectivo de mujeres indígenas y afrocaribeñas en Managua llamado Yapti Prana. Este colectivo reúne a mujeres de diversas comunidades caribeñas, como Bluefields, Corn Island, Waspam y Puerto Cabezas, para fomentar y dar a conocer la cultura caribeña a través de la artesanía y la panadería.


«Nos invitan a ferias, hemos dado talleres en resorts y hoteles, y hemos recibido varios reconocimientos. Nuestra meta es abrir un espacio físico en la capital para comercializar productos caribeños», explica Virginia con orgullo. El colectivo, que incluye mujeres miskitas, mayangnas y criollas es un vehículo para la difusión de la cultura y la creación de oportunidades económicas para sus integrantes.

caribe de nicaragua
Colectivo de Mujeres Yapti Prana. Foto Cortesía de Virginia Tathum

Pasión por la cultura

La familia Tathum no solo ve en la artesanía una fuente de ingresos, sino también una forma de preservar y promover su cultura en el Caribe de Nicaragua y otros rincones del país.

«La principal razón y motivo es el amor y la pasión por el trabajo. Las artesanías mantienen y sostienen las técnicas ancestrales de nuestros antepasados. En cada pieza que elaboramos, transmitimos cultura y costumbres», cuenta Virginia.


La nueva generación de la familia, incluidos los hermanos y sobrinos de Virginia, continúa interesándose en el arte, lo que asegura que este legado cultural y artesanal seguirá creciendo.

«Es hermoso ver cómo la semilla que plantaron mis abuelos ha crecido y se ha convertido en un gran árbol que sigue creciendo», comenta Virginia, destacando la importancia de transmitir este legado a las futuras generaciones.

Una familia que deja huellas en el Caribe

Tatum Artesanías es un ejemplo inspirador de cómo una familia puede mantener vivas sus tradiciones y adaptarse a los tiempos modernos.

Con su compromiso por la sostenibilidad y el amor por su cultura, la familia Tathum no solo asegura su sustento, sino que también ha dejado una huella significativa en la promoción de la artesanía y la cultura del Caribe Norte de Nicaragua.

«Nuestro sueño es seguir creciendo y compartir nuestra cultura con más personas, no solo en Nicaragua, sino en todo el mundo», concluye Virginia.

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