- En la etapa universitaria es cuando muchos de los jóvenes comienzan a independizarse. En este artículo le compartimos algunos tips para llevar una vida financiera más ordenada.
Redacción/ IP Nicaragua
María Chamorro se mantiene firme en el objetivo de alcanzar su título como contadora, la semana pasada regresó a las aulas de clases, tras casi un año después del inicio de la pandemia de Covid-19.
Dado el contexto adverso que enfrenta Nicaragua, los estudiantes se ven obligados a “estirar” sus presupuestos para seguir cursando sus estudios universitarios. María cuenta con un presupuesto mensual que le asignan sus padres de familia, pero que ella debe administrar.
Para Chamorro, uno de sus principales fuentes de egresos son los aranceles de la universidad y el transporte ya que viaja de Diriomo a Managua.
“Uno de mis principales gastos sería de transporte, mi universidad no me queda cerca. También están los gastos de aranceles de la universidad, esto lo veo más como una inversión. Pero aun así es una salida de dinero”, comenta.
Para Ruddy Silva, contador y creador de “Cada centavo cuenta”, recomienda desarrollar hábitos de ahorro desde temprana edad, pues en la etapa adulta es más “difícil revertir mentalidades tóxicas relacionadas al dinero”, afirma.
Alejandra Altamirano, estudiante de Marketing y Publicidad admite que con la pandemia sus finanzas han cambiado, antes tenía empleo y ahora depende de forma exclusiva del dinero que le dan sus padres. Con el sistema bimodal que su universidad adoptó a raíz del Covid-19, asiste dos veces por semana a la universidad.
“Actualmente no trabajo entonces no tengo más ingresos que los que me da mi mamá y papá, por el covid voy solo dos días a clases. Me dan 120 diario y yo gasto 70 u 80 córdobas, el restante lo guardo. Trato de ahorrar porque como no es gran cantidad de dinero (la que recibe ahora) sé que lo voy a necesitar más tarde, alguna necesidad o emergencia que tenga», comenta la joven.
LOS PRINCIPALES ERRORES
Silva comenta que usualmente en la etapa universitaria se generan conductas financieras negativas ya que es cuando se comienza a administrar dinero. Uno de los primeros errores que señala Silva es “gastar todo el dinero que se gana”.
Administrar este presupuesto trae sus desafíos para María, como caer en los “gastos innecesarios”.
“Algo que debería de mejorar en mis finanzas es el ahorro, sé que la mayoría de las veces hago gastos innecesarios. Creo que es importante ahorrar ya que nos ayuda en un futuro a suplir una necesidad”, señala Chamorro.
Por su parte Altamirano admite que en ocasiones toma del dinero ahorrado para comprar comida en casa o “cumplir un antojo”.
“A veces que saco de eso que tengo ahorrado, para comida, nada de ropa, zapatos o accesorios ya sea para comer en casa o algún antojo fuera. Digo que los voy a reponer y después no lo hago”, confiesa.
Altamirano comenta que antes de la pandemia combinaba sus estudios con trabajos o ventas de artículos, ahora espera ahorrar lo suficiente para poder invertir y generar un poco más de dinero.
El segundo error es postergar la organización de las finanzas. “Si no organizaste las finanzas de joven, cuando se llega a la adultez se complica un poco más porque en esa etapa hay más obligaciones y así es como todo se vuelve un alboroto financiero. ¿Por qué no se ahorra?, ¿Por qué no se pagan las deudas? porque nunca organizaste las finanzas”, afirma.
El tercer error es la mentalidad sobre el dinero, ideas como “pensar que solo con crédito podes comprar las cosas; que solo con un salario mayor se va a salir de deudas; que ahorrar es imposible, que si no estudiaste contabilidad no serás bueno en finanzas, les traerán dolores de cabeza”, destaca.
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El especialista indica que esta mentalidad puede transmitirse de generación en generación, pero pueden revertirse.
El quinto error para Silva es solicitar demasiado dinero a los padres o depender completamente de esa mesada.
“Un error es pedir demasiado dinero de los padres. La etapa estudiantil es un buen momento para empezar a generar dinero, obtener responsabilidades. A veces se llega al mercado laboral, sin ninguna experiencia y urgidos de dinero”.
LOS TIPS
Silva sugiere adoptar las siguientes medidas para mejorar las finanzas de los universitarios
Llevar un registro de gastos y evaluarlos: “En la vida estudiantil se hace necesario conocer los gastos al mes. Así pasa a la segunda etapa que es elaborar un presupuesto, no puede prepararlo con información supuesta sino que debe ser con datos. Evalúen resultados a final de mes para poder tomar decisiones más certeras el próximo periodo”
Preparar comida para llevar, “los estudiantes tienden a gastar mucho en comida en las universidades y este gasto puede reducirse llevando comida o haciendo uso de los beneficios alimenticios, como en el caso de las universidades públicas. En algunos de los presupuestos más apretados, comer fuera es casi un lujo”, reflexiona Silva.
Tratar de obtener becas monetarias, Silva señala que este recurso funciona “como complemento a lo que asignan los padres, especialmente cuando los recursos económicos son escasos. Esta clase de ingresos puede ayudar a cubrir los gastos porque la universidad es el nivel educativo en dónde se gasta más dinero”, expone.
Utilizar la biblioteca y las plataformas en línea, el especialista explica que en ocasiones “tendemos a comprar libros que usamos una vez y ahí quedan. Las bibliotecas tienen una amplia gama de recursos gratuitos y de calidad que pueden utilizarse,”.
Generar ingresos en los tiempos libres, “pues generan independencia al estudiante y aligeran la carga financiera de los padres”, precisa.
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