Análisis de The Economist para Nicaragua en 2022: más regulaciones económicas, inseguridad y aislamiento

Conozca la perspectiva de la Unidad de Inteligencia de The Economist sobre la crisis política y económica de Nicaragua para 2022

La Unidad de Inteligencia de la revista The Economist prevé en su análisis de perspectiva para el periodo 2022 – 2026 el aumento del riesgo de intervencionismo gubernamental en la economía productiva de Nicaragua, sobre todo con impuestos y regulaciones.

El equipo de análisis señaló que el Gobierno de Nicaragua mantendrá un régimen de política económica rígida con el sector privado del país, impulsando ganancias muy modestas de productividad para dicho periodo.

El análisis que comparte la unidad es uno de los más importantes del mundo en términos de perspectiva económica y política, destinado a inversores y tomadores de decisiones.

La Unidad de Inteligencia describió a Nicaragua con una economía pequeña y abierta que depende en gran medida de la agricultura y la manufactura.

Señaló que la economía nicaragüense a largo plazo está condicionada por un entorno empresarial deficiente, un conflicto político persistente y un acceso limitado a la financiación del sector privado.

«Este año, el régimen de Ortega recibió un importante financiamiento multilateral para asistencia pandémica y reconstrucción posterior a huracanes. Sin embargo, las fuentes de financiamiento disminuirán en el mediano plazo, lo que aumentará la presión sobre las cuentas fiscales y la posición de reservas», describió el informe de la Unidad de Inteligencia.

Nicaragua seguirá siendo uno de los países más podres de Latinoamérica

En el análisis de país se concluyó que los constantes conflictos políticos y la poca confianza en el estado de derecho de Nicaragua frenarán su crecimiento económico, a pesar de las lucrativas oportunidades en minería, energía y manufactura; el informe publicó que Nicaragua seguirá siendo uno de los países más pobres de la región.

El reporte destacó que Estados Unidos y sus aliados aumentarán la presión sobre el régimen nicaragüense para presionar el dictamen de reformas democráticas.

En ese contexto, los expertos creen que el Gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, no darán apertura a «cambiar de rumbo y restaurar la democracia en el país».

Se mantendrá el déficit entre 2022 y 2023

«Hemos realizado fuertes revisiones a nuestras previsiones de cuenta corriente, lo que refleja una factura de importación de bienes más alta de lo esperado. Ahora esperamos que la cuenta corriente se convierta en déficit a finales de 2021 y se mantenga en déficit en el periodo 2022-2023. Suponiendo que tanto los precios del petróleo como la demanda interna se reduzcan, esperamos un regreso a un superávit moderado en 2024-2026», describió el informe.

Prevé un aumento de la inseguridad

La Unidad de Inteligencia de The Economist prevé en su perspectiva política que el partido oficialista FSLN retendrá el poder entre el periodo 2022 al 2026 y que seguirá utilizando su control en las instituciones con un manejo autoritario.

«Esperamos que el régimen de Ortega aumente su dependencia de grupos paramilitares para controlar las revueltas sociales y civiles. Sin embargo, este manejo aumentará los riesgos para la seguridad pública. Informes independientes ya indican un aumento de los delitos violentos, el tráfico ilícito de drogas e incluso la trata de personas», señaló el informe.

Daniel Ortega, presidente de Nicaragua / Archivo

Crecerá el aislamiento de Nicaragua

La Unidad de Inteligencia de The Economist analizó que Nicaragua no saldrá de la Organización de Estados Americanos (OEA) y que el anuncio de su salida es una táctica distractora para ganar tiempo.

“En nuestra opinión, la iniciativa es una finta que Nicaragua no seguirá en última instancia. Creemos que la medida es probablemente una estratagema para ganar tiempo contra una expulsión forzosa de la OEA, dado que algunos Estados miembros pueden ser reticentes a remover un país que ya está supuestamente de salida. Sin embargo, incluso si tiene éxito, esta táctica de alto riesgo solo retrasaría una salida de la OEA”, señaló el informe.

La Unidad de Inteligencia de The Economist analizó que la salida de Nicaragua de la OEA, ya sea voluntaria o forzada, cerraría el acceso del país al financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con posibles efectos indirectos para el financiamiento de otras multilaterales como el FMI y el Banco Mundial.

Por ello, «Nicaragua dependerá cada vez más del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) para financiamiento externo, que queda fuera del alcance de las sanciones estadounidenses. Nosotros creemos que es poco probable que el financiamiento del BCIE se vea amenazado en el corto plazo», describió el reporte.

Respiro de 2021 prepara a Nicaragua para una futura desaceleración económica en 2022

La Unidad de Inteligencia de The Economist señaló que después de registrar un crecimiento extraordinario en 2021 la economía nicaragüense está preparada para una desaceleración en el periodo 2022 al 2026.

«Estimamos una expansión del PIB real de 8.5% en 2021, lo que convierte a Nicaragua en uno de los países de la región con una recuperación más rápida en el cierre del año», describió el informe.

The Economist explicó que dicho crecimiento o respiro económico de 2021 se debió a algunos factores que podría no estar presentes para 2022, y que estaba precedido por una caída que venía de 2018 a 2020.

«Este respiro económico tiene una base débil debido a una recesión prolongada en 2018-2020. Además, creemos que el repunte en 2021 está siendo impulsado por factores en gran medida transitorios: crecimiento dinámico en las remesas de trabajadores desde el exterior y un aumento en las exportaciones de zonas de libre comercio, especialmente a los Estados Unidos», señaló la Unidad de Inteligencia.

Por último, el análisis describió que el sector privado enfrentará restricciones en el acceso al crédito debido a la alta prima de riesgo involucrada en la actividad crediticia.

Como resultado, las nuevas inversiones dependerán de las ganancias reinvertidas.

En ese contexto, aunque los precios de las materias primas y la demanda externa continuarán brindando cierto apoyo a los márgenes de ganancia, es probable que se moderen desde sus máximos de 2021.

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