Tensión diplomática entre Colombia y Nicaragua, tras retiro de ambos embajadores

Colombia y Nicaragua enfrentan una mediática tensión diplomática luego del retiro de embajadores que operan las relaciones oficiales entre Managua y Bogotá.

El Gobierno de Nicaragua anunció la noche de ayer miércoles, que retiró a su embajador en Colombia, luego de que el Gobierno de Colombia anunciara la decisión de retirar a su representante diplomático.

En una carta emitida por el canciller Denis Moncada Colindres, dijo que el Embajador de Colombia en Managua, Alfredo Rangel Suárez, «no está cumpliendo con los objetivos para los cuales le fue concedida su acreditación en Nicaragua», por lo cual proceden a retirarle sus credenciales.

Daniel Ortega, presidente de Nicaragua

«En nombre del Gobierno de Nicaragua hago de su conocimiento nuestra formal protesta por dichas declaraciones remitidas por su Embajador, quien con las mismas contraviene las normas diplomáticas e internacionales al inmiscuirse ofensivamente en los asuntos internos de nuestro País», destacó Moncada.

La decisión anunciada por Moncada se da, luego que el Gobierno de Colombia ordenó a su embajador en Managua, Alfredo Rangel, regresar al país luego de que el  presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, asegurara el lunes pasado que la nación andina es un «narco-Estado» donde asesinan a diario a líderes sociales.

«Ante las declaraciones realizadas por Daniel Ortega, nuestro Gobierno ordenó en el día de ayer al embajador Alfredo Rangel presentar una nota de protesta ante la Cancillería nicaragüense, rechazando contundentemente esta nueva ofensa al honor de nuestra Nación, y le solicitó regresar de inmediato al país», detalló este miércoles el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado.

Cabe destacar que el presidente Daniel Ortega dijo en un acto público que «Colombia es un narco-Estado» y criticó también a Estados Unidos, a donde, señaló, «la droga penetra por los puertos, penetra a través de la aviación, penetra también a través de los pasos fronterizos».

Ante esa declaración, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia respondió que el país de sur «no solamente es víctima del narcotráfico que crece incesantemente por la demanda internacional de drogas, sino que ha sufrido por las distintas amenazas a la seguridad nacional».

Esas amenazas, agregó el comunicado, están «alimentadas sobre todo por los dineros provenientes de esa actividad ilícita, que desafortunadamente se apoya en las dictaduras que se han ido entronizado en nuestra región».

Por esta razón el Gobierno colombiano rechaza «estas declaraciones que infructuosamente buscan distraer la atención de la comunidad internacional sobre la crítica situación de derechos humanos y las múltiples violaciones que sufren los ciudadanos nicaragüenses, los partidos políticos y los opositores al régimen de Ortega, de las cuales es testigo el mundo entero».

«La comunidad internacional bien conoce que quienes se han opuesto de manera abierta al régimen durante el último año han terminado en la cárcel por el sólo hecho de querer presentarse como una opción legítima y democrática», añadió la Cancillería.

Ambos países enfrentan una mediática tensión diplomática al decidir retirar embajadores que operan las relaciones oficiales entre Managua y Bogotá.

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