Los magistrados de la Sala Penal Especializada en Violencia de Managua confirmaron el pasado 22 de diciembre la cadena perpetua a Ernesto Caleb Rocha Tercero, de 24 años, condenado por el femicidio de su expareja, Karen Monserrath Blandón Blen, de 21 años, en septiembre septiembre pasado.
Rocha Tercero admitió que disparó a la joven manicurista, mientras ella amamantaba a su bebé de 8 meses de nacida en la casa que rentaba, en el barrio Carlos Fonseca, en el Distrito Cinco de Managua.
El crimen ocurrió el 5 de julio de 2022. El femicida huyó y fue capturado en Honduras días después y entregado a la Policía de Nicaragua.
En la primera audiencia Rocha Tercero admitió el crimen ante la jueza Miroslava Calero, quien luego lo condenó a prisión perpetua revisable.
La Fiscalía en su acusación detalló que Karen Blandón en el 2021 inició una relación de pareja de manera informal con Rocha Tercero, pero desde el inicio este ejercía actos de control y le reclamaba por los amigos que tenía, por lo que ella decidió separarse.
Rocha Tercero, según la Fiscalía llegaba “constantemente a buscarla, mostrando siempre una conducta celotípica”.
Cuando la joven inició un noviazgo con otro joven en junio de 2022, Rocha comenzó a amenazarla con matarla y matarse él.
Fue así que la mañana del 5 de julio Caleb Rocha llegó en un carro y esperó dentro del mismo a que la joven llegara a su casa. Cuando ella llegó, el sujeto entró y comenzaron a discutir, y mientras Karen Blandón estaba con su hija en brazos le disparó al cuello.
El hermano de 14 años de la joven escuchó el balazo y cuando se dirigía al cuarto, el femicida lo empujó y se dio a la fuga.
“La conducta del acusado es reprochable al ser una conducta clara de misoginia al considerar que la víctima era de su propiedad y que no podía seguir ejerciendo control y dominio sobre esta”, señaló la Fiscalía en su acusación.
El abogado defensor de Rocha Tercero apeló la sentencia y pidió a los magistrados una reducción de la condena a 30 años porque su cliente era reo primario, no tenía antecedentes y admitió los hechos.
Durante la audiencia de apelación, el femicida dijo estar arrepentido de lo que hizo, pero nunca pidió perdón a la familia doliente.
También manifestó que no tenía antecedentes y que era una persona trabajadora. “Por un sentimiento actué, esto me ha afectado mucho porque yo también tengo mi familia, yo siempre he sido de la iglesia, pero me retiré y volví a reconciliarme”, expresó.
El femicida pidió que solo le dieran 30 años de cárcel para pagar por lo que hizo, “pido que me regalen esa oportunidad de estar con mi familia y educarme y no salir malo, sino recto y servicial y luchar, esa es mi petición”.
Por su lado, Karen Blen, madre de la joven víctima, solicitó que le mantuvieran la cadena perpetua porque el sujeto había destruido la vida de su hija, nieta y la de ella misma.
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