Ronald Flores Lara, de 20 años, oriundo de Nandaime, un municipio de Granada, se convirtió en el primer cetrero conocido en Nicaragua.
La cetrería es la actividad de cazar con aves rapaces entrenadas, especialmente con halcones, azores y otras aves de presa para la captura de especies de volatería o de tierra.
Flores Lara reconoce que el adiestramiento de aves rapaces no es “muy común en nuestro país” y confiesa que, inició cuando tenía 18 años, después de haber visto la actividad por medio de videos en Internet.
“Me gustó, me llamó la atención y comencé hace dos años a estudiar sobre lo que era cetrería”, indica el joven nandaimeño.
Ronald Flores, amante de las aves rapaces y de la ingeniería civil
Flores Lara, quien se dedica a la agropecuaria y es estudiante de Ingeniería Civil, destaca que “el cetrero no se hace, ya nace”, por lo que sostiene que él nació para ello.
“He tenido las habilidades de manejar aves rapaces”, dice en esta entrevista.
Humildemente este joven refiere que a pesar que aprendió, o tuvo interés por la cetrería, tiene un mentor, que se llama Walter González, pero que actualmente no está en el país.
Dos gavilanes: uno rescatado y el otro nacido
En Nicaragua, aunque la captura de este tipo de aves está prohibida, el rescate no, y es lo que según Flores Lara realiza desde hace dos años.
El gavilán a quién adiestró por primera vez, llegaba a cazar los pollos de su casa, entonces lo iban a matar.
“Llegaban a cazar los pollos y por eso lo iban a matar de un tiro, entonces lo que yo hice fue agarrarlo con técnicas de cetrería”, comenta el joven, quien es consciente de que estos animales rapaces son agresivos por naturaleza.
Dice que “recién atrapado era agresivo, pero después se acostumbró al trato humano y se hizo dócil, no quiere decir que perdió su instinto salvaje, porque siempre tiene un poco, pero se deja manipular”.
En cuanto al segundo gavilán, recuerda que el nido con huevos estaba en un árbol que iban a talar.
“Me avisaron que habían unos huevos, fui a ver y ese nació en una incubadora normal para sacar huevos de gallina, estuvo ahí durante 15 días, entonces este se ha criado en la casa”, resalta Flores.
Vuelan de dos a tres horas diario
A diario el joven nandaimeño saca a volar a sus gavilanes de dos a tres horas, ya sea en la mañana o por la tarde.
Lo hace en un terreno donde cultiva trigo, arroz y maíz. “Cuando quiero que regresen les silbó y ellos saben que deben regresar con gran velocidad hacia mi mano, en la que utilizo un guante”, describe.
Refiere que sus aves rapaces además de cuidar sus cultivos, lo que hacen es buscar alimentos para ellos mismos. “Se entrenan para cazar, cazan aves”, indica.
Casi siempre, una vez que las aves regresan Flores les espera a sus gavilanes con carne en la mano.
Sobre la aceptación u opinión de sus vecinos señala que no ha tenido problemas.
“Todo comenzó como una aventura, ellos lo miraban como una locura, pero para mí era algo normal, algo nuevo que lo seguí haciendo”, asegura con firmeza.