El mandatario Daniel Ortega y la cogobernante Rosario Murillo, asumirán el próximo 10 de enero, un nuevo mandato de cinco años para continuar gobernando el país, sumido en denuncias de violaciones a los derechos humanos, irregularidades en el proceso electoral y en medio del aislamiento internacional.
El acto de juramentación que se realizará en la Plaza de la Revolución, contará con la participación de las delegaciones de algunos países, quienes según Murillo ya confirmaron su asistencia.
“Queríamos destacar todas las confirmaciones que hemos recibido y advertir sí que estamos consientes de que el mundo vive un momento de desafíos a la salud, que puede haber delegaciones más, delegaciones menos, en términos de que los vuelos a veces se cancelan y también se presentan casos especiales que hay que atender en las familias de las personas que vienen, en términos de la salud, de desafíos de la salud”, expresó Murillo este viernes.
Lista de los países
Murillo detalló que tiene confirmada la participación de Cuba, Venezuela, Bolivia, Belice, Irán, Palestina, la República Árabe de Saharaui, India, Turquía, Bielorrusia, Vietnam, Laos, Camboya, Angola, Corea del Norte, Siria, Egipto, Malasia, Rusia y China.
A nivel de gobierno, que son representados por los Jefes de Estados o Cancilleres, Murillo, señaló que asistirá México y la Secretaria General de Alba.
A esa lista se suman “más de 300 acompañantes de partidos, organismos, asociaciones, periodistas y comunicadores”, entre ellos “Alemania, Estados Unidos, Italia, Brasil, Chile, Suiza, Ecuador, Guatemala, Honduras, Costa Rica, Panamá, Perú, Puerto Rico”, agregó.
Argentina dijo esta tarde que no enviará delegaciones oficiales.
De Europa, dijo que aún faltan por confirmar quiénes asistirán. “Estamos confirmando por eso no hemos quiero dar a conocer que otros países europeos participarán, con tantas dificultad en los vuelos y las pruebas, porque recordemos que la pandemia en su nueva manifestación ha aturdido las capitales europeas, pero bueno, esperamos que los compañeros que ya tenían sus reservas, sus vuelos puedan llegar a tiempo”, dijo.
“A todos nuestros hermanos a nivel de Estado, Gobierno, a nivel de partidos, asociaciones, movimientos, nos llena de orgullo que nos acompañen en este momento que abre otra etapa de historia y de gloria del pueblo nicaragüense y de los pueblos que en el mundo entero nos hermanamos en la lucha por los derechos de todos”, reiteró Murillo en su discurso del viernes.
España no asistirá
Por su parte, el gobierno de España, liderado por el presidente Pedro Sánchez, anunció que no enviará ninguna delegación a la toma de posesión de los Ortega-Murillo.
España fue uno de los primeros países en pronunciarse y calificar las elecciones del pasado 7 de noviembre como una “burla” y sostuvo que Ortega ha “privado del libre y pleno ejercicio de sus derechos de sufragio” al pueblo nicaragüense.
Por otro lado, el gobierno de Argentina, que lidera Alberto Fernández, confirmó su asistencia al acto de la “toma de posesión”.
El embajador de Argentina en Nicaragua Daniel Capitanich, confirmó el jueves, al diario LA PRENSA que su país “enviará un representante de ámbito del gobierno”, pero que aún están a la espera de “confirmar quién será la persona.
Declaración de ilegitimidad
El pasado 12 de noviembre, cinco días después del malogrado proceso electoral en el país, la Organización de Estados Americanos (OEA), aprobó una resolución con 25 votos a favor de sus 34 Estados miembros, declarando los comicios generales como ilegítimos.
“Declarar que, en las evidentes circunstancias, las elecciones del 7 de noviembre en Nicaragua no fueron justas, libres ni transparentes y no tienen legitimidad democrática”, concluye la Resolución aprobada por el organismo regional.
El Consejo Supremo Electoral (CSE) – institución dominada por magistrados del régimen – asignó a Ortega y Murillo el 75.87 por ciento de los votos de las elecciones, que estuvieron marcadas por una escasa participación ciudadana.
Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea (UE) y gran parte de la comunidad internacional también han desconocido las elecciones en Nicaragua, declarando dicho proceso electoral como una “farsa”.
