Redacción / IP Nicaragua
Las personas LGBTIQ+ en Nicaragua siguen expuestas a diferentes formas de violencia de discriminación, sicológica, digital, sexual, institucional, política y también laboral. Un total de 43 casos fueron documentados en el primer semestre de este año por el Observatorio de violaciones a derechos humanos de personas LGBTIQ+.
De acuerdo con el informe semestral del Observatorio, entre enero y junio se reportaron 40 agresiones, un 1 asesinato y dos suicidios entre la comunidad, debido a las múltiples formas de discriminación y violencia
que cotidianamente enfrentan lesbianas, homosexuales, bisexuales y personas trans en Nicaragua.
Los hallazgos de este monitoreo revelan que 23 víctimas eran mujeres trans, 11 se identificaron como homosexuales y seis lesbianas. Al menos dos era hombres que se declararon bisexuales y de una persona no hay información sobre identidad sexual y de género, destaca el informe de este observatorio que es una producción del Programa Feminista La Corriente.
La mayoría de los casos ocurrieron en Managua (26) seguido de Matagalpa (9), León (3), Chinandega (2) y un caso en Masatepe, Diriamba y Rivas.
La mayor parte de las agresiones ocurrieron en la misma casa de habitación, siendo los agresores personas conocidas, pero también la misma Policía Nacional se encuentra en la lista de agresores.
Todo tipo de agresión
En el ámbito de la violencia sicológica las personas de la comunidad LGBTIQ+ sufren agresiones verbales, ofensas,
humillaciones, acoso u hostigamiento, amenazas de agresión y muerte, estigma y discriminación, burlas, y algunos hasta han sido expulsados de centros recreativos.
En el contexto de la crisis sociopolítica, las mujeres trans presas políticas fueron víctimas de aislamiento en celdas de máxima seguridad donde sufrieron constantes agresiones, hostigamientos, humillaciones y burlas por su identidad de género, además que también fueron amenazadas de muerte, señala el informe.
Otras formas de violencia
Las personas de esta comunidad sufren además acoso sexual en espacios públicos, amenazas de violación, amenazas de mutilación genital a trabajadoras sexuales trans e intento de violación en vía pública.
El Observatorio documentó un caso de una mujer trans trabajadora sexual que fue violada por cinco hombres desconocidos. Según la denuncia, los hombres con cuchillo en mano la amenazaron con «matarla y tirarla a un barranco si ponía resistencia», además que le robaron el dinero que había ganado durante la noche y sus pertenencias.
Un caso de igual magnitud sufrió una joven lesbiana que fue víctima de «chantaje para sostener un encuentro
sexual», cuyo agresor era un hombre conocido que constantemente la acosaba, aun cuando sabía que ella es lesbiana y que tiene pareja.
El agresor le puso como condición tener relaciones sexuales a cambio de no difundir «videos íntimos de la víctima», a los cuales tenía acceso. «Bajo presiones del agresor, la víctima accedió al encuentro y en todo momento mostró su falta de consentimiento, su incomodidad, y una vez que el hombre iba a penetrarla, ella le propinó una puñalada a
manera de defensa, aunque el agresor fue llevado a un hospital, no le generó mayor gravedad de salud», refiere el informe.
Aunque ella interpuso su denuncia no tuvo ningún avance y fue detenida. Al cierre del primer semestre del 2021 de este observatorio, continúa el proceso legal en su contra.
Al cierre de este informe, el Observatorio continuó recibiendo denuncias de robo e intimidación agravada por
razones de identidad de género y orientación sexual; rechazo en la familia, es expulsión violenta de la casa de habitación, empujones, golpes y patadas en el cuerpo como otras formas de violencia física.
Un caso de «crimen de odio»
En el primer semestre de este año, el Observatorio documentó un caso contra una mujer trans que calificaron con «horrendo». El asesinato Kendra Contreras, mujer trans de 22 años, conocida como «Lala» en el municipio de Somotillo, departamento de Chinandega.
«Lala» fue amarrada a un caballo y arrastrada varios metros hasta morir. Su cuerpo fue encontrado a 500 metros del mercado de Somotillo, sin sus ojos.
La comunidad LGBTIQ+ siegue sin tener respuestas de parte de los operadores de justicia en el país, pues algunos no denunciaron por desconfianza en Policía Nacional, burlas en las estaciones policiales o por miedo a represalias.