Redacción / IP Nicaragua
El encierro que sufre monseñor Rolando Álvarez desde hace 12 días junto a otras 11 personas que lo acompañan, desde el pasado 4 de agosto, es “facto, arbitrario e ilegal”, señaló la Oficina de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (Oacnudh).
Álvarez cumplió este lunes 12 días bajo condición de casa por cárcel, en la Curia Episcopal de esa ciudad, con él están seis sacerdotes, dos seminaristas y cuatro laicos, acusados por la Policía del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo de «organizar grupos violentos» y «perturbar la paz».
«El encierro forzoso de estas personas en la Curia Episcopal podría constituir un arresto domiciliario de facto, arbitrario e ilegal», indica la Oacnudh.
Desde su encierro Álvarez celebró este lunes la solemnidad de la Asunción de María Santísima al Cielo y pidió oración por quienes permanecen encerrados con él. “No es el dragón infernal el que tiene la última palabra, sino Cristo que vence a la muerte y al pecado. Esa muerte que será el último enemigo en ser vencido”, mencionó Álvarez.
La actuación de la Policía Nacional constituye «una violación de la libertad de expresión y de la libertad religiosa», que obliga al exilio a los miembros de la iglesia.
«Del mismo modo, se estaría violando la libertad de religión, que obliga a las autoridades a permitir como el culto y las celebraciones religiosas (…) Así como la libertad de los fieles de escoger a sus dirigentes religiosos y sacerdotes, que estaría siendo violada al ser obligados varios de éstos a salir al exilio», indica el informe.
En cuanto a la libertad individual y la libertad de circulación, el informe agrega que «éstas no pueden ser restringidas, sino de conformidad con los procedimiento y formalidades legales». A la vez señala que la privación de libertad, «aunque sea domiciliaria, no corresponde como una respuesta estatal frente al legítimo ejercicio de las libertades de expresión y religión. Obrar al contrario de este estándar constituye detención arbitraria».
Este fin de semana, la policía arrestó al sacerdote Óscar Benavides Gutiérrez, párroco de la iglesia Espíritu Santo, en el municipio de Mulukukú, en la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte.
La Diócesis de Siuna confirmó por la noche la detención del padre Oscar Benavidez, a través de un comunicado.
«Desconocemos las causas o motivos de su detención, esperamos que las autoridades nos mantengan informados», expresa el comunicado.
Benavides Gutiérrez es el tercer sacerdote detenido por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en lo que va del año.
El padre Ramón Fernández Calderón, de Rancho Grande, denunció también este fin de semana por medio de un video que la Policía le impidió llegar a Matagalpa, donde se dirigía a participar en la misa dominical en la catedral San Pedro.
La Policía lo despojó de la licencia de conducir, circulación y seguro del vehículo en el que se movilizaba con otros laicos.
Por su parte, el padre Erick Díaz, párroco de la Iglesia San José Obrero de El Tuma, denunció también en sus redes sociales que oficiales de la Policía llegaron a su casa para informarle que tenía prohibido viajar a Matagalpa.
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