Nicas varados en Panamá. Foto Cortesía Rony Bustos, de Click de Noticias
*La pandemia del covid-19 envió al desempleo a miles de migrantes nicaragüenses que llevan días a la intemperie
Redacción IP Nicaragua /Orlando Valenzuela
Después de pasar 22 días varados en la ciudad de Panamá, un total de 385 nicaragüenses abordaron los autobuses que los trasladaría a Paso Canoas, la frontera con Costa Rica, donde conocieron que solo un grupo de 200 podrá seguir hasta Nicaragua.
Cuando llegaron a la frontera norte de Panamá, los nicaragüenses conocieron que muchos de ellos no aparecían en la lista enviada por el Gobierno de Nicaragua, y por tanto no continuarían su viaje.
En Paso Canoas, a los nicas les sellaron sus pasaportes autorizándoles el pase, pero a otros les pusieron un sello de “anulado” y les dijeron que deben esperar hasta nuevo aviso.
Los organizadores del viaje responsabilizan al Gobierno de Nicaragua por esta situación.
La mañana de este jueves, sin embargo, salió el primer grupo conformado por 100 nicaragüenses, especialmente de adultos mayores, mujeres embarazadas y niños, quienes cruzaron a territorio costarricense a bordo de los mismos buses que luego los trasladaran a la frontera de Peñas Blancas para ingresar a Nicaragua.
Fátima Paniagua, una nicaragüense originaria de Jinotega, vivió siete años en Panamá y ahora con mucho pesar deja este país que le dio la oportunidad de trabajo.
Por su parte, Dalia Ordoñez, originaria de Chinandega, con un bebé en brazos, después de seis años, vuelve a Nicaragua acompañada de su esposo y un sobrino. “Aquí ya no se puede hacer nada, ya no hay trabajo”, expresó Ordoñez.
Jesús Andino, también de Jinotega, esperó casi un mes para poder salir de Panamá, donde vivió cuatro años. “Por la pandemia el trabajo esta escaso y hay que pagar el cuarto, comida, transporte, esto es asfixiante, la única opción es retornar”, dijo con resignación Andino.
La mayoría de nicaragüenses salieron del país canalero obligados ante la falta de oportunidades laborales las que desaparecieron debido a la pandemia de la covid-19.
Este grupo, forma parte de miles de nicas que perdieron sus empleos a causa de la pandemia del nuevo coronavirus, por lo que optaron por regresar a Nicaragua, porque ya no tienen dinero para pagar los gastos de su manutención en el país canalero.
Antes de su retorno a Nicaragua, los nicaragüenses pasaron muchas penurias, durmiendo hacinados y a la intemperie, padeciendo hambre y muchas otras limitaciones, informó el periodista Rony Bustos a través de la plataforma Click de Noticias.
Para este viaje, los nicaragüenses recibieron el apoyo de organismos defensores de derechos humanos de Costa Rica y la Defensoría del Pueblo de Panamá.
En este periodo, representantes de la Defensoría del Pueblo se comunicaron con la directora del Servicio Nacional de Migración, Samira Gozaine, quien les confirmó que si Costa Rica, al igual que Nicaragua aceptaban a los migrantes pinoleros, Panamá les otorgaba la salida.
De esa forma, la Defensoría del Pueblo de Panamá llamó al gobierno de Costa Rica para que asumiera el compromiso de responder a las necesidades de los migrantes, que estaban en situación de vulnerabilidad y permitiera crear un corredor humanitario para la migración segura.
Los nicaragüenses abordaron las ocho unidades de los autobuses que los trasladaría a Paso Canoas, desde siete lugares diferentes de la capital panameña.
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