Redacción / IP Nicaragua
El auditorio estaba en silencio, pero segundos después sonó la melodiosa voz de Carlos Mejía Godoy con la frase “yo te amo Nicaragua”, señal de inicio para que Nayelis Pérez mostrara ante el público una de sus pasiones, la danza.
Mientras la música sonaba, Nayelis junto a sus compañeras demostraban lo aprendido tras horas de ensayos y mucho esfuerzo, en el acto de conmemoración de los 200 años de independencia de Centroamérica; engalanando su presentación con hermosos trajes en tono blanco y las infaltables flores en el cabello.
Puedes leer: Katia Cardenal: «La música es un instrumento para despertar conciencia»
La danza solo es una de las pasiones que mueve a Nayelis Pérez. Esta joven tiene 19 años de edad y es originaria de Managua; actualmente estudia Administración de Empresas en American College.
Sin miedo a los desafíos
Decidió estudiar una carrera vinculada al mundo de las ciencias económicas, porque le gustan los negocios. De esta forma poder aportar desde sus conocimientos al buen manejo de una empresa o institución; esto la motivó a dar el siguiente paso -dejar sus miedos a un lado- para iniciar con su emprendimiento, que lleva un toque dulce.
Así nació Choco Lupe, un negocio que ofrece chocobananos de distintos sabores, acompañados de maní, galleta, chocolate blanco, leche condensada, entre otros.
“Este emprendimiento nació porque es momento de cambiar la visión que tenemos como jóvenes, debemos apostar por algo propio, no solo salir con la idea que vamos a buscar empleo, sino de nosotros poder crear nuestras propias fuentes de trabajo, poder crecer”, comenta la universitaria.
En este emprendimiento trabaja Nayelis y Armando Ramírez Suárez, ambos se encargan de cada detalle, para que los clientes siempre tengan un producto fresco y de excelente calidad.
Para esta universitaria, el pilar fundamental en su vida y en todos sus proyectos es Dios, en segundo lugar la Virgen, sus padres y todas las personas que la han ayudado en estos años.
“Tengo muchas metas, una de estas es seguir fortaleciendo mis conocimientos, no quedarme solo con lo que he aprendido, sino que profundizar más allá; poder crecer profesional y espiritualmente, de igual manera también hacer crecer mi negocio, porque siendo jóvenes es el momento indicado para soñar y comenzar a trabajar por lo que te propongas”, finaliza Nayelis.