Janina Zúniga Zamora es un ejemplo de disciplina, dedicación y fuerza. Su cuerpo esculpido refleja años de arduo trabajo y entrenamiento.
Nacida el 25 de octubre de 1992 en Puerto Cabezas, municipio del Caribe Norte de Nicaragua. Con una infancia marcada por momentos felices y desafiantes, Janina ha recorrido un camino extraordinario que la ha llevado a convertirse en una destacada figura del fisiculturismo en Estados Unidos.
«Fue una niñez muy bonita que tuve en Puerto Cabezas», recuerda Zúniga, describiendo sus primeros años con una sonrisa. «Fui a la escuela. Mis papás trabajaban mucho. Tengo buena memoria porque lo disfruté», afirma en entrevista con IP Nicaragua.
A través de años de arduo entrenamiento y dedicación, Janina transformó su pasión por el deporte en una carrera exitosa, destacándose en competencias internacionales y motivando a otros con su historia de superación y determinación.
A los ocho años, su vida dio un giro cuando su madre decidió mudarse a Managua. El cambio de su pueblo natal a la ciudad fue muy significativo. «Yo vengo de un pueblo pequeño, donde yo jugaba a las escondidas, me trepaba los palos», rememora con nostalgia.
El cambio de ciudad no afectó sus estudios. «Siempre fui buena alumna, aplicada en las clases porque eso es algo que mis papás siempre decían», afirma.
Su primer encuentro con el fisiculturismo
La primera chispa de interés por el fisiculturismo surgió cuando Zúniga tenía entre diez y once años.
«Vi una competencia en fisiculturismo en televisión. La verdad me explotó la mente porque al principio se me hizo grotesco, entonces me sorprendí. Y así pasó, pero me quedé con la impresión», recuerda.
Aunque esa impresión inicial no la llevó inmediatamente al fisiculturismo, Zúniga siempre estuvo fascinada por los atletas olímpicos.
«A mí siempre me gustaba ver los atletas olímpicos porque mi papá sigue mirando las olímpiadas. Y desde niña yo crecí viéndolas, y yo miraba a estos corredores, a todos estos atletas. Y decía yo, ¿cuándo voy a poder hacer eso? ¿Cuándo? Pero, era solo una idea», recuerda.
El verdadero comienzo de su viaje en el fisiculturismo fue a los catorce años cuando visitó un gimnasio en Managua. Pero, el momento decisivo llegó en 2015 cuando Zúniga conoció a Katherine Rivas, una atleta nicaragüense de la categoría Wellness.
La categoría Wellness surgió en el mundo del culturismo y fitness para mujeres con físico atlético que muestran más masa corporal en las caderas, glúteos y muslos en comparación con la parte superior de su cuerpo que está también desarrollada, pero no en el mismo grado que la parte inferior
«Yo la miro en el gimnasio (…) Era musculosa, con aquel cuerpo bien formado, y yo ya tenía varios meses en el gimnasio, pero como todas las mortales que vamos al gimnasio, y vamos por cuestión de salud. Cuando yo la vi a ella, me quedé wow, ¿cómo lo hizo?», señala Zúniga.
Janina Zúniga soñaba con ser doctora
Antes de dedicarse al fisiculturismo, Zúniga tuvo otros sueños profesionales.
«Siempre quise ser doctora, era un sueño que yo quería ayudar a las personas, y viajar por el mundo», dice. Ganó una media beca para estudiar medicina en Cuba, pero las complicaciones burocráticas le impidieron seguir ese camino.
«Yo salgo de quinto año cuando yo tengo 15 años. Y para aquel entonces, con el gobierno que teníamos, ser menor de edad y salir fuera del país o tener un pasaporte, una identificación era muy difícil. Estoy hablando allá como en el 2009», cuenta.
La frustración de no poder seguir su sueño de estudiar medicina llevó a Zúniga a un periodo oscuro de su vida.
«Yo entré como en un plano depresivo. Yo salía mucho, tomaba mucho. Esto es algo que yo no he comentado con nadie. Yo tenía como 19 años y yo creo que me iba a volver alcohólica porque no sabía qué hacer con mi vida luego de que ya no tengo la oportunidad de estudiar medicina»,explica.
Fisiculturismo, su verdadera pasión
Finalmente, Zúniga decidió estudiar Administración de Empresas en la Universidad Centroamericana (UCA).
Sin embargo, las responsabilidades laborales la obligaron a abandonar sus estudios. A pesar de estos desafíos, ella encontró su verdadera pasión en el fisiculturismo.
Y después de ganar el título en la competencia de Alexis Argüello y obtener un segundo lugar en el Campeonato Latinoamericano en El Salvador en 2021, Zúniga se embarcó en una nueva etapa de su carrera en Estados Unidos.
En 2023 participó en competencias claves en Shreveport, Luisiana, y Dallas con el objetivo de obtener una tarjeta profesional y acercarse a su sueño de competir en la Miss Olympia, el ranking más alto del culturismo profesional femenino.
Para Zúniga, competir en la Miss Olympia es más que un logro personal. Es un símbolo de victoria y reconocimiento para toda la comunidad nicaragüense.
«Sería el signo de victoria para todo aquel nicaragüense que es inmigrante y todo aquel nicaragüense que es soñador como yo», expresa con orgullo, subrayando el impacto que su éxito tendría en su país y en aquellos que la siguen.