Ludwika Vega | La lucha y resiliencia de una activista trans nicaragüense ahora en el exilio

Ludwika Vega, una mujer trans y activista de derechos humanos, se vio obligada a abandonar Nicaragua en noviembre de 2023 debido a la violencia y persecución política.

Ludwika Vega es una activista trans de 40 años que salió de Nicaragua, su hogar de toda la vida, hacia un exilio forzado. “Salí forzada, porque nadie quiere dejar su país, nadie quiere dejar su familia, nadie quiere dejar su tierra,” afirma Vega.

En entrevista con IP Nicaragua, Vega recuerda el momento cuando en noviembre de 2023, huyó de Nicaragua para salvar su vida. «Decidí buscar otra vía para mejorar mi situación emocional, psicológica, mental, estresante, pues tal vez no me iban a matar físicamente, pero sí psicológicamente, por los traumas, torturas que causan ese acoso», dice.

Sobre el país donde ella se encuentra, prefiere no decir su nombre por seguridad, sin embargo, es en Europa. «Yo no estoy legalmente, yo estoy solicitando asilo. Mis documentos. Hay cosas que en realidad, pues hasta esto me prohibieron (dar entrevista), pero lo estoy haciendo», cuenta.

Desde hace más de 20 años, Vega se convirtió en una voz prominente de la lucha por los derechos de la comunidad LGBTQ+ en Nicaragua como presidenta de la Asociación Nicaragüense de Transgéneras (Anit Nicaragua). Sin embargo, desde 2018, cuando el clima de represión política se intensificó en el país, se hizo imposible su activismo.

“Nosotras teníamos más de un año de que teníamos bloqueada nuestra organización, no podíamos trabajar, porque no podíamos recibir fondos”, relata. A pesar de los esfuerzos por continuar su labor, las constantes amenazas y el hostigamiento se volvieron insostenibles.

Un intento de asesinato en la impunidad

En 2019, Vega fue víctima de un intento de asesinato que nunca fue resuelto, dejándola en un estado constante de miedo y vigilancia.

“Yo recibí visitas de una de ellas, que era esa persona a la que yo reconocí, y estaba monitoreando todo lo que hacíamos”, comparte, evidenciando la intimidación continua que enfrentaba. Este acoso, junto con la presión de no poder trabajar ni llevar a cabo actividades comunitarias, la llevó a tomar la difícil decisión de exiliarse.

Ludwika Vega, como es conocida en Nicaragua, dejó el país con el corazón roto, pero con la determinación de encontrar seguridad y continuar su lucha desde el extranjero.

Datos que duelen

El informe trimestral de enero a marzo de 2024 del Observatorio de violaciones a derechos humanos de personas LGBTIQ+ en Nicaragua destaca un incremento en las denuncias de violencia física y psicológica, así como en los casos de discriminación laboral y educativa contra personas LGBTIQ+.

En el informe se documenta un total de 53 agresiones físicas hacia personas LGTBIQ+. De estas agresiones, 35 fueron contra personas transgéneros y 18 contra personas homosexuales.

Estos datos reflejan un preocupante aumento en comparación con el mismo período del año anterior, donde se registraron 40 agresiones físicas. Además, se reportaron 27 casos de discriminación laboral y educativa, 15 incidentes de discursos de odio en medios y redes sociales, y varios casos de abuso policial y violencia institucional.

activista trans
Las mujeres Trans sufren el odio y la discriminación a donde quiera que van y la mayoría son profesionales. Foto/Archivo 

El informe de la Asociación Feminista La Corriente subraya la falta de protección y respuesta por parte de las autoridades, y la continua persecución política que obliga a muchos a exiliarse. Aquí puede leer el informe completo. 

Las principales agresiones van desde las físicas, discriminación laboral y educativa, discursos de odio en medios y redes sociales, falta de protección estatal y abusos policiales. En particular, se registran ataques físicos, despidos injustificados y acoso, estigmatización, insuficiente acción gubernamental y violencia institucional contra personas transgénero y homosexuales, evidenciando la urgente necesidad de medidas efectivas para proteger y promover los derechos humanos de las personas LGTBIQ+ en Nicaragua.

«Una Nicaragua libre y justa»

Al llegar a su nuevo país de acogida, cuyo nombre prefiere mantener en secreto por seguridad, encontró apoyo en organizaciones locales que trabajan con la comunidad LGBTQ+.  “Aquí estoy trabajando dentro de la organización, no trabajando remuneradamente, pero sí, físicamente», explica, destacando su compromiso continuo con su causa.

La experiencia del exilio no ha sido fácil. Adaptarse a una nueva vida y dejar atrás su papel de líder comunitaria fue un desafío. “Después de que vos estás trabajando con una cantidad, con más de 100 mujeres, hombres, gays, lesbianas… y de la noche a la mañana tener que dejar todo eso, pues es difícil”, confiesa.

A pesar de esto, Vega ha encontrado consuelo en la comunidad local y sigue participando en actividades de apoyo a personas LGBTQ+.

En su nuevo hogar, Ludwika se siente segura y apoyada, pero sigue soñando con una Nicaragua libre y justa. “Espero que algún día tengamos una Nicaragua libre, justa, donde podamos realizar nuevamente todas estas actividades que habíamos avanzado y nos hemos detenido por causa de un dominio al país”, afirma con esperanza.

Mensaje de la activista a la comunidad trans

Vega también envía un mensaje de aliento a la comunidad trans en Nicaragua: “Que no se den por vencida, que sigan su vida cotidiana, que luchen por lo que quieren. Nosotras valemos mucho como mujeres trans y tenemos que seguir adelante”, dice.

Actualmente, más de 260,000 nicaragüenses han huido de su país desde 2018, buscando refugio en lugares como Costa Rica y Estados Unidos, debido a la persecución política y la violencia, una cifra que refleja la gravedad de la crisis en Nicaragua​, según un informe de Human Rights Watch.

Sin marchas y celebración

Cada 28 de junio, en Nicaragua y el mundo entero, se celebra el Día Internacional del Orgullo LGBT —también conocido como Día Internacional del Orgullo— una fecha que recuerda los incidentes registrados en la madrugada del 28 de junio de 1969, cuando la policía de Nueva York realizó una redada en el Stonewall Inn, un bar gay en Greenwich Village.

Esta redada provocó una serie de manifestaciones y enfrentamientos entre la policía y miembros de la comunidad LGBTQ+ que duraron varios días. Fue la primera vez que un gran número de personas LGBTQ+ se unieron para resistir la opresión policial.

Vega cuenta que en Nicaragua ya «no podíamos ser activistas como hemos sido durante hace más de 20 años, que salíamos a las calles, hacíamos las marchas, las conmemoraciones, por ejemplo la conmemoración del Día del Orgullo LBTI, desde el 2018 creo que fue la última marcha que se hizo y fue politizada».

Una publicación de Nueva Sociedad resalta que desde diciembre de 2018, todas las manifestaciones en Nicaragua han sido prohibidas por Daniel Ortega y Rosario Murillo, lo que ha llevado a muchos activistas LGBTQ+ a exiliarse para resguardar sus vidas​.

Mujeres trans, entre ellas Ludwika Vega. IP Nicaragua/Foto tomada de LA PRENSA

«Entre las personas LGBTI+, las mujeres transgénero fueron un objetivo especial de los agentes gubernamentales. Algunas fueron secuestradas por las fuerzas del orden y brutalmente golpeadas. Otras fueron recluidas en cárceles para varones por periodos de hasta un año, donde fueron obligadas a desnudarse y sufrieron repetidas amenazas de violación o violación con objetos y golpizas, lo que provocó que una víctima perdiera los dientes», detalla la publicación.

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