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Lesther Alemán: «Esa justicia mientras no alcance a las familias nicaragüenses es un impulso para continuar a cinco años de esa crisis»

El 16 de mayo de 2018, cuando inició el diálogo nacional entre el régimen y la sociedad civil, el líder opositor Lesther Alemán como miembro de los estudiantes estaba en la mesa. Se levantó y tomó la palabra: «Esta no es una mesa de diálogo. Es una mesa para negociar su salida y lo sabe muy bien, porque el pueblo es lo que ha solicitado», dijo.

De inmediato se convirtió en la voz de los estudiantes y miles de nicaragüenses que pedían poner fin a la represión desatada en Nicaragua.

«Usted es el jefe supremo de la Policía Nacional y del Ejército de Nicaragua, por ello le pedimos que ahorita mismo ordene el cese de estos ataques», replicó el joven opositor.

Fue la fecha en que su vida cambió, pero no se arrepiente. «Definitivamente no me arrepiento y si corresponde hacerlo nuevamente, lo haría (…) Ha conllevado a costos, pero el anhelo de libertad, de una juventud, me impulsó como un ciudadano más, pero ahora me impulsa el deseo para que Nicaragua pueda alcanzar la libertad, no cometí ningún delito y reclamé lo que había que reclamar», asegura en entrevista con IP Nicaragua.

De simples rutinas a la cárcel

Antes de 2018, sus rutinas eran muy comunes, de la casa a la universidad o la iglesia. Al estar en la mira del régimen se fue al exilio, pero regresó el 7 de octubre de 2019 después de un año, pero finalmente fue detenido el 5 de julio de 2021. Estuvo recluido en «El Chipote» durante 584 días hasta su destierro el 9 de febrero de 2023.

El régimen le arrebató su nacionalidad mientras volaba a Washington D.C., Estados Unidos, junto a otros 221 excarcelados políticos.

Actualmente se encuentra viviendo con su padre, Lesther Javier Alemán y su hermana en Estados Unidos. Aunque recuperó su libertad, lo hizo en un país ajeno igual que el resto de excarcelados políticos.

«Es ubicarnos en el sentido práctico del tiempo, en medio de la incertidumbre que te provoca el estatus migratorio, que no contabas con este plan, no lo hiciste, no lo diseñaste, es como de manera accidentada, tener que replantearte tu vida desde cero, unos con mayor dificultad que otros, pero todos con dificultades», dijo a IP Nicaragua.

El proceso de la cárcel al destierro fue un shock, porque de repente se encontraba en una celda de máxima seguridad, durmiendo en una litera de cemento y a las tres horas estaba en un avión.

«Es un shock, pero el tiempo se ha encargado en ir definiendo la realidad, pero considerando la necesidad que enfrentan otros nicaragüenses que también venían en la misma posición que yo, pero que tienen una barrera, que han llegado y no hay un familiar inmediato con ellos. Se requiere ese esfuerzo, una mano, una ayuda», asegura.

Lesther Alemán sigue demandando justicia

Al día de hoy, cuando se conmemora el quinto aniversario de la rebelión de abril siente que adquirió «conocimientos» de esta «triste, pero gloriosa historia».

«Son cinco años de experiencia en la comunicación, en el trato interpersonal, en el como poder acercarte a alguien que se muestra diferente, cinco años hablando de esa convicción que nos da Nicaragua. Cinco años en los que he visto en mi familia fortaleza, y mi vida cambió en 180 grados, pero hoy con madurez, y consciente como joven nicaragüense que mi mayor anhelo es que la juventud de Nicaragua no pierda la vida anhelando la libertad y la democracia», describe.

Tras su llegada a Estados Unidos, Alemán creyó que le llevaría más tiempo reincorporarse en la lucha cívica que inició en Nicaragua el pasado 18 de abril, sin embargo, una semana después ya estaba “trabajando para Nicaragua, con Nicaragua y por Nicaragua”.

«Yo salí a reactivarme en AUN (Alianza Universitaria Nicaragüense) a lo inmediato, es como mi casa, y luego establecimos diálogos, cercanía con otras organizaciones jóvenes en Nicaragua y fuera de ellas, hacer un proceso de captación a nivel internacional de jóvenes y conectarme con liderazgos nacionales que pueden tener o no organización de la incidencia internacional», sostiene.

«Estamos con distintas voces llevando el mismo mensaje, ocupando espacios como las universidades, ante funcionarios del gobierno de Estados Unidos, organizaciones de derechos humanos, defensoría nacional e internacional ante los crímenes de lesa humanidad», explicó Alemán.

«Estamos trabajando con otros gobiernos de Latinoamérica y la Unión Europea que han estado activados con los derechos y la democracia en Nicaragua», señaló.

Desde su destierro, Lesther Alemán demanda libertad de presos políticos

También ha participado en diferentes medios de comunicación denunciando y exigiendo la libertad de los 37 presos políticos que se encuentran en Nicaragua, entre ellos monseñor Rolando Álvarez, condenado a 26 años de cárcel por rehusarse a ser desterrado.

«Tenemos un saldo no tan gratificante en lo humano, en lo material, y lo que más duele es lo humano», asegura Alemán.

Él habla de las más de 300 familias divididas por el asesinato de alguno de sus familiares durante las protestas de abril de 2018. «Esa justicia mientras no alcance a las familias nicaragüenses es un impulso para continuar a cinco años de esa crisis», afirma.

A los nicaragüenses se les ha negado el derecho de movilización y organización, de pensamiento, de prensa y hasta la libertad religiosa. «Son distintas aristas del deseo de libertad que no se han consumado en Nicaragua, por lo tanto es necesario continuar», explica el joven.

Cinco años después, dice Alemán que se ahora se reconoce la importancia de la participación de los jóvenes en la política.

«En medio de este dolor, de esta tristeza, de esta desesperación está también la convicción que hace cinco años se destruyó las bases de la dictadura y el modelo que ellos planteaban familiar a perpetuidad, entonces ya marcamos el fin de la dictadura. Nos resta seguir trabajando, seguir resistiendo hasta alcance el final definitivo de esta dictadura».

Su mamá, un pilar fuerte en su vida

«Yo soy Lesther Alemán, porque mi madre es Lesbia Alfaro», reconoce el joven, de 25 años. Dice que sin el apoyo de su madre, quien luchó y denunció al régimen, no habría podido alcanzar esa madurez, la claridad y tomar decisiones.

Asegura que Alfaro es su ejemplo, su referencia y su fortaleza. «Es una mujer que me ha enseñado mucho, y me ha probado que la vida le ha puesto dificultades y todas las sobrelleva y ha pasado cualquier barrera. Yo me declaro su primer fans y muy orgulloso de haber nacido de ella. Me nace y me honra presumirla, tengo a mi leona de tiempo completo como madre», finaliza.

Redacción / IP Nicaragua

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