Personas con máscaras participan durante una procesión en el Día de los Santos Inocentes en Tegucigalpa, Honduras, 28 de diciembre de 2016. [REUTERS/Jorge Cabrera]
El escenario puede ser un lugar cualquiera: digamos un centro de trabajo o una reunión entre amigos, siempre un 28 de diciembre. De repente, alguien descubre un billete de alta denominación “abandonado” en el piso. Observa sigilosamente si otros lo han visto y con mucha discreción se agacha a recogerlo. Al tocarlo, el billete se escurre como si tuviera vida propia y no se deja agarrar. Una vez, dos veces, tres.
La persona no tiene tiempo de recuperar su compostura por el frustrado esfuerzo, todos lo están mirando y gritan al unísono: “¡Inocente!”.
Ha caído en una trampa del Día de los Inocentes. Todos ríen y disfrutan la broma, y el hecho de que el “culpable” nunca descubrió el hilo fino que movía al billete por el suelo.
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¿Por qué “inocente”? Por la candidez que demuestra la víctima al dejarse engañar en una situación creada expresamente para sorprenderla o tomarla desapercibida.
El Día de los Inocentes es una fecha tradicional del mundo hispano en la que se acostumbra a gastar bromas para engañar a las personas y hacerles ver que han caído en ellas por inocentes.
Las bromas generalmente deben ser ligeras y exentas de maldad, aunque no hay garantías que siempre sea así. Las hay más y menos ingeniosas, y estas últimas pueden tener más éxito.
Es posible también que en ese día los medios de comunicación publiquen noticias falsas o exageradas para timar a los lectores o los oyentes, y que los amigos se cuenten “chismes o rumores” inventados.
El éxito casi siempre está en que la víctima no esté al tanto de la fecha o que haya “bajado la guardia” sin proponérselo y caiga “inocentemente” en una de las bromas.
En esta misma fecha del 28 de diciembre, la tradición cristiana conmemora la “Matanza de los Santos Inocentes”, un hecho bíblico en que el rey Herodes I de Judea ordenó la matanza de todos los niños menores de dos años en reacción a la profecía de que el “rey de los judíos”, en este caso Jesucristo, había nacido en Belén.
Según el sitio diainternacionalde.com, la celebración con bromas y carcajadas corresponde a que el Día de los Santos Inocentes se fue asociando con una Fiesta de los locos que tenía lugar entre Navidad y Año Nuevo durante la Edad Media.
En España y muchos países de América Latina se celebran eventos religiosos y tradicionales en el Día de Los Inocentes, que van desde fiestas patronales hasta recaudaciones de fondos para programas infantiles.
En naciones como Estados Unidos, Francia, Italia, Alemania, Canadá y otros, bromas similares a la del Día de los Inocentes se celebran el 1 de abril, pero la fecha no tiene una doble connotación religiosa.
En “April Fools”, los medios igualmente hacen bromas o tergiversan su contenido para que la información parezca real. Es una fecha en que se trata de dar rienda suelta al sentido del humor, en una oportunidad que solamente ocurre una vez al año.
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