*Los ciclones dejaron 21 personas fallecidas, 10 mil casas destruidas, 70 mil familias sin agua potable y daños en 287 comunidades indígenas dentro de 17 áreas protegidas, según el Centro Humboldt.
Orlando Valenzuela
Los huracanes Eta e Iota, fenómenos climatológicos que causaron destrozos principalmente en la región del Caribe Norte del país, con vientos de mas de 250 kilómetros por hora, golpearon municipios con altos índices de pobreza del país, algunos habitados por pueblos originarios y afrodescendientes, agudizando la situación de calamidad que ya enfrentaban, señala un informe preliminar del Centro Humboldt.
El organismo señala que en las zonas afectadas por los ciclones, se evidencia que no se aplican medidas de prevención contra la pandemia del covid-19 en los albergues y se implementa un manejo centralizado de la emergencia y la ayuda humanitaria, lo que ha limitado la labor de organismos internacionales, por la desconfianza en la gobernabilidad del país.
El informe de la sala de situaciones del Centro Humboldt refiere que el huracán Iota en solo tres días, del 15 al 18 de noviembre, registro precipitaciones que sobrepasaron lo que debería llover en todo el mes de noviembre, resultando 21 personas fallecidas aproximadamente, 10 mil viviendas afectadas, 70 mil familias sin agua potable y daños en 287 comunidades indígenas dentro de 17 áreas protegidas.
Agrega que las lluvias causadas por Iota produjeron crecidas e inundaciones en más de 40 ríos en todo el territorio nacional, algunos de los cuales ya habían tenido desbordes con el paso del huracán Eta, entre los que se encuentran los ríos Wawa, Kukalaya, Prinzapolka, Coco, grande de Matagalpa y Mico, entre otros.
Según datos recopilados por la Red de Observación Climática Comunitaria (ROCC), del 2 al 6 de noviembre, el huracán Eta tuvo mayores acumulados en los municipios del Triángulo Minero, en la Costa Caribe Norte.
En cambio, sobre el huracán Iota, se indica que éste tuvo fuerte impacto en la zona comprendida entre Prinzapolka y Bilwi, con estimados mayores a los 1,000 milímetros y para los municipios del Triángulo Minero, los datos acumulados son: Bonanza con 764.1 milímetros, Rosita con 742.4 y Siuna con 630.6. Esto significa que en promedio para los tres municipios, en comparación a la norma histórica, cayó en 18 días el 37% de lo que debería de llover en todo el periodo lluvioso, de mayo a octubre, igual patrón sucedió con la región norte y Pacifico Sur.
En los municipios del Pacifico Sur; de Diriamba y Rivas, en solo cinco días cayó tres veces lo que debería de llover en todo el mes.
En el análisis de multi amenazas, que incluyen crecidas de ríos, inundaciones y deslizamientos, se señala que en el trayecto del huracán Iota fueron afectados 28 municipios con un total de 3 millones de hectáreas.
Con respecto a las áreas protegidas, se menciona que el huracán atravesó 15 áreas naturales, entre ellas la reserva de Biósfera de Bosawás, además de monumentos nacionales, parques nacionales, reservas de biósfera y reservas naturales.
Del total de áreas protegidas afectadas, el 43% de las mismas se encuentran bajo peligro alto de deslizamiento y el 11.9% están en categoría de peligro medio, según el informe.
El documento hace énfasis en que las zonas de mayor riesgo de deslizamiento se encuentran en el Cañón de Somoto, Cerro Kilambé, Macizo de Peñas Blancas, Sierras de Dipilto y Jalapa, Parque Nacional Cerro Saslaya y el Cerro Alamikamba, entre otros.
Se estima que más de 5,000 kilómetros cuadrados fueron inundados, específicamente en la zona baja de Prinzapolka y Puerto Cabezas, afectando a más de 40 comunidades que se encuentran en la zona de impacto directo del fenómeno meteorológico.
La capital también
Mientras tanto, Managua, la capital del país, también sufrió los estragos de Iota, presentándose desbordes de causes e incomunicación del trafico vehicular en al menos 20 puntos, sobre todo en los distritos II, IV, VI y VII.
En el resumen también se señalan las grandes afectaciones a nivel nacional, incluyendo pérdidas humanas, viviendas, escuelas, hospitales, iglesias, carreteras, comunidades incomunicadas y sin acceso a agua segura y de calidad.
Según información oficial, se evacuaron aproximadamente 40 mil personas, más otro tanto similar que se autoevacuaron.
En relación a la producción de alimentos, en los municipios de Bilwi, Prinzapolka y el Triángulo Minero, se dieron pérdidas de un 90% en los cultivos de arroz, frijoles, musáceas y tubérculos, entre otros. De igual manera, se reporta la pérdida de animales (ganadería menor y ganado), particularmente en el territorio de Tasba Pri, del municipio de Bilwi. En Matagalpa, las pérdidas se estiman entre el 60 y 90% de la producción de granos básicos, indica el informe del Centro Humboldt.
En total, las afectaciones del huracán Iota dejaron 21 personas fallecidas (hasta el momento del reporte) como resultado de inundaciones, deslaves y derrumbes, 70 mil familias sin agua potable, 10 mil casas afectadas y severos estragos en 297 comunidades indígenas en 17 áreas protegidas.
Finalmente, el informe hace varias recomendaciones ante la eventualidad de situaciones similares en el futuro, todas con el fin de mejorar las respuestas de las instituciones, organismos y sociedad civil.
El planeta Tierra se encuentra bajo la influencia del fenómeno de La Niña, lo cual provoca un enfriamiento en el Mar del Pacifico, pero un calentamiento en el Océano Atlántico, crea condiciones óptimas para el desarrollo de poderosos ciclones tropicales como Eta e Iota, que causaron gran destrucción en Nicaragua, principalmente en la zona de impacto; el Caribe Norte, señala el Centro Humboldt.
Según La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), por el país han pasado 21 huracanes desde que se tiene registro (1850 a la fecha), entre los de mal recuerdo están el Olivia (1971), Joan (1988), César (1996), Félix (2007) Otto (2016) y ahora en 2020, el Eta y el Iota.
Los huracanes Eta e Iota causaron destrozos principalmente en la región del Caribe Norte del país, con vientos de mas de 250 kilómetros por hora, deslizamientos y deslaves.
El Centro Humboldt refiere que con el huracán Iota se incrementó en 2 el récord anterior de tormentas formadas en una temporada en el Océano Atlántico. En esta evaluación se hace un análisis de la acción de Iota, que cuando toca tierra en Nicaragua va dejando devastación a su paso con fuertes vientos, lluvias intensas y marejadas ciclónicas por encima de los 7 metros de altura.
El ojo del huracán Eta tocó tierra el martes 3 de noviembre y el Iota lo hizo el lunes 16 de noviembre, con tan solo 13 días de diferencia. Ambos fenómenos naturales golpearon como categoría 4, con puntos de contacto a tan solo 11 kilómetros de distancia entre ambos, cercanos a la comunidad de Haulover, en el Caŕibe Norte.
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