Escasez de mano de obra agrícola amenaza a productores al occidente de Nicaragua

Redacción / IP Nicaragua

En el kilómetro 109 del tramo de carretera León – Chinandega, el productor leonés Hilario López alquiló una parcela e invirtió 30 mil córdobas por manzana para la siembra de sandía de la variedad salamanca redonda.

Según López, está previsto sacar cosecharse en la segunda semana abril y es parte de la diversificación a la que apuesta desde hace mucho tiempo.

“En los últimos años me he dedicado a sembrar sandía para diversificar el cultivo durante el verano y así tener mejores resultados con el aprovechamiento del suelo, sin embargo, el alto precio de los insumos hizo que se incrementarán los costos de producción entre agroquímicos y manos de obra”, dijo López.

El productor señaló que para este ciclo agrícola contrató a un grupo de diez hombres para sembrar tres manzanas de sandías.

En el proceso se vio obligado a reducir la mano de obra cuando las semillas comenzaron a germinar, puesto que se requiere poca gente para seleccionar las mejores plantas y foliar cada ocho días el surco de siembra hasta su cosecha.

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La producción agrícola se podría ver afectada por la escasez de mano de obra.

La cosecha de sandía está prevista para la primera semana de abril y los precios oscilan desde 20 hasta los 80 córdobas de acuerdo al tamaño de la fruta.

Rubros de interés en Chinandega

Danilo Cortez, miembro de la Asociación de Agricultores de León (ADAL), manifestó vía telefónica que “el ajonjolí, caña de azúcar, sorgo de riego, sandía y principalmente el maíz, son los rubros que se están cosechando en León y Chinandega”.

El sector agropecuario de la región, según Cortez, se muestra golpeado por el alto costo de los insumos agrícolas, la difícil situación económica que afecta a la mayoría de nicaragüenses y la escasa fuerza de trabajo.

Otra de las dificultades que atraviesa este sector productivo en el país es la escasez de mano de obra para trabajar la tierra y sacar la producción.

“En estos momentos nos afecta el fenómeno migratorio, la mayoría de la gente joven ha dejado de trabajar la tierra para buscar mejores oportunidades laborales y económicas», reconoció López.

El productor sostiene que las personas «han decidido migrar al exterior porque aseguran que se gana muy poco en el campo y no ajustan para las necesidades del hogar».

«Los productores siempre necesitamos que alguien nos ayude y es preocupante que en un momento no encontremos ese apoyo humano para sacar la producción”, manifestó López.

Actualmente un jornalero gana 150 córdobas el día de trabajo en el campo, un salario que consideran insuficiente para quienes tienen a su responsabilidad una familia numerosa.

Jornada bajo el sol

El productor Freddy González, de 35 años, logró un corto contrato de trabajo para el corte de ajonjolí, otros de los rubros que se siembran durante el verano en la región de occidente del país.

La y cuya jornada laboral inicia a las ocho de la mañana, hora que el sol está alto y picante, pero igual es el momento en el que tiene que aprovechar los rayos solares para aporrear las matas de ajonjolí.

Al golpear las plantas secas con un palo saca las semillas de las cápsulas sobre una carpa plástica que luego zarandea logrando la limpieza y la eliminación de basura para finalmente recoger la semilla.

Freddy explicó que el ajonjolí es un cultivo de humedad y su ciclo dura de 75 a 90 días para cosecharse.

En ese tiempo se requiere diferente mano de obra para la preparación temprana del suelo, control de malezas, manejo de plagas del follaje (antes y después de la floración) y formación de manojos para su secado en forma de emparve que consiste en poner inclinados los manojos de plantas formando una especie de campana.

Luego viene el aporreo y una vez listo se empacan en sacos de quintales para transportación y comercialización a los acopiadores de la región encargados de exportar el grano.

Mano de obra está migrando

Para este jornalero el panorama del campo es desolador debido al abandono de sus habitantes que han migrado a otros destinos en busca de nuevas oportunidades laborales y salariales.

“El trabajo del campo es el más duro, peligroso y mal pagado es por esa razón que ahora se miran pueblos fantasmas porque nuestros jóvenes están migrando», dijo Freddy.

La mayoría de jóvenes que se dedican a las labores del campo están migrando a países como Costa Rica o Estados Unidos.

«No contamos con seguro ni atención especializada por accidente laboral y hay patrones que no pagan bien por eso la mayoría ha dejado de trabajar en el campo y ha migrado a otro lugar como Costa Rica y Estados Unidos”, expresó Freddy.

Guillermo García, otra jornalero del campo trabaja eventualmente, pero insiste que la remuneración que obtiene no alcanza para los gastos del hogar.

“Actualmente estoy ganando 300 córdobas por 12 horas de trabajo eventual sólo por la cosecha. Compro lo más básico como el arroz, los frijoles, azúcar y el aceite para sostener los tres tiempos de comida de los cuatro miembros de mi familia”, dijo García, originario de Posoltega.

 

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