Oscar Ruiz, quien bailó durante años a la imagen de “Minguito”, fue encontrado muerto en su casa de Monseñor Lezcano.
Orlando Valenzuela/ IP Nicaragua
El Cacique Mayor de las fiestas de Santo Domingo, Oscar Ruiz, uno de los personajes más pintorescos que bailó más de 50 años en las fiestas populares de Managua, murió este miércoles en su casa de habitación en Monseñor Lezcano.
Aunque se desconoce con certeza la causa de su fallecimiento, se sabe que Ruiz vivía solo y desde hace años presentaba numerosas dolencias, lo que provocó su retiro de las festividades en el año 2016.
Además de hipertenso, el viejo acompañante del santo de Las Sierritas, también padecía de otras enfermedades que lo obligaron a colgar su penacho.
Oscar Ruiz, con su penacho de plumas de pavo real y otras aves silvestres, collar de colmillos, arco, taparrabo, sandalias de cuero, y una lanza de madera en su brazo derecho, acompañó por más de 50 años la pequeña imagen del santo patrono de los Managua.
Cada año, durante la bajada y subida de la imagen, era frecuente ver al Cacique Mayor al frente del recorrido. Ruiz iniciaba su recorrido en la parroquia de Las Sierritas y finalizaba en la iglesia dedicada a este santo en los escombros de la ciudad capital, destruida por el terremoto de 1972.
Otros personas que se han ido
Aunque su retiro lo oficializó después de 51 años de bailarle a la imagen de Santo Domingo, siempre retornaba a bailarle, por breves momentos, hasta donde su salud se lo permitía.
Ruiz, primero se convirtió en Indio Salvaje, cuando su amigo Santos Campos, que interpretaba a este personaje desde 1924 hasta 1964 se lo heredó, y por 5 años lo representó. Después fue Cacique Mayor, personaje que interpretó hasta el último día de su vida.
Con la muerte de Oscar Ruíz, el Cacique Mayor, los promesantes de las tradicionales fiestas patronales de Santo Domingo de las Sierritas ya no verán al hombre bonachón vestido de indio, bailándole al santo desde su cordón de seguridad, acompañado de música folclórica desde un altoparlante.
Otros personajes que dijeron adiós antes que el jefe de los Caciques fueron Lisímaco Chávez, el tradicionalista que a inicios de los años 60 se “robó” la imagen del santo para traerla a Managua, con la intención de continuar la tradición popular.
Francisca Villalta, la famosa “Chica Vaca”, otra tradicionalista que ataviada con su arco y su calavera de vaca, le bailó y corneó a miles de promesantes durante los 90 años que mantuvo su devoción religiosa hacia la imagen del patrono de los capitalinos