El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) en Costa Rica capturó a cuatro personas acusadas del asesinato del mayor retirado del Ejército de Nicaragua, Roberto Samcam, ocurrido el pasado 19 de junio de 2025.
Esta detención masiva es el resultado de una investigación exhaustiva llevada a cabo por la Sección de Homicidios del OIJ en conjunto con la Fiscalía, que realizó un total de tres allanamientos en la ciudadela León XII y en Cañas, Guanacaste.
Con la investigación lograron identificar a cinco personas presuntamente involucradas en este homicidio, de las cuales cuatro ya se encuentran bajo custodia.
La dinámica de la indagación permitió a las autoridades costarricenses perfilar los roles de cada uno de los implicados, revelando una estructura criminal que, según el OIJ, muestra características de una ejecución «algo torpe».
En el centro de la planificación se encuentra un intermediario de apellido Chávez, quien se encargó de «organizar y conjuntar todo lo que respecta al homicidio».
Su papel principal fue el de «coordinar», actuando como un «punto focal o intermedio entre los que podrían ser los autores intelectuales y los autores materiales». En apariencia, su labor consistió en «organizar, reclutar las personas para que se pudiera cometer el homicidio». Chávez estuvo presente en el lugar del crimen, compartiendo motocicletas y carros con otros implicados antes y durante el asesinato.
El autor material directo del homicidio ha sido identificado como un joven de apellido Carvajal, de 20 años de edad. Carvajal es señalado como el «gatillero» y quien «ejecutó el homicidio de manera bastante fría».
La logística del crimen involucró a dos transportistas, uno de apellido Robles, que estuvo presente al momento de cometerse el homicidio y compartió vehículos con Chávez y Carvajal. Después de la ejecución, los tres se trasladaron hacia Coronado. Allí, los esperaba un segundo transportista de apellido Orozco, cuya función fue trasladarlos desde Coronado hasta la León XIII.
Una figura adicional en la trama es la pareja sentimental del intermediario de apellido Chávez. Aunque las fuentes no especifican su apellido, se sabe que esta mujer habría facilitado la huida al pagar 50.000 colones, unos 100 dólares, por el segundo transporte de los implicados desde Coronado hacia la León 13.
El OIJ destacó que este caso comparte similitudes con el de Joao Maldonado, otro homicidio mediático. En ambos incidentes, se observan patrones en el reclutamiento de los ejecutores, es decir, «personas inexpertas o con poco conocimiento en temas de homicidios», contratadas de «lugares urbano marginales como la León XIII y también Alajuelita», quienes «ejecutan estos homicidios de manera algo torpe» debido a su falta de «experticia en el tema».
Para el Organismo de Investigación Judicial, la rápida resolución de la parte material de este caso, con la identificación y detención de los ejecutores e intermediarios, genera una «gran credibilidad» y «gran satisfacción». Sin embargo, el principal desafío para las autoridades sigue siendo determinar la autoría intelectual del crimen.
La investigación continuará en las próximas horas, semanas y meses para establecer «si efectivamente estamos en presencia de una incursión política de otro gobierno o no».
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