A casi 6 meses miles en estado de «calamidad” tras el paso de huracanes en el Caribe

Líderes indígenas afirman que solo han entregado “migajas” a los damnificados que todavía no se reponen de la pérdida de sus cosechas
nicaragua

Orlando Valenzuela /IP Nicaragua

A casi seis meses delpaso del huracán Eta, y posteriormente Iota, que dejaron a miles de pobladores sin viviendas y sin sus cultivos, las comunidades indígenas afectadas de la Costa Caribe Norte de Nicaragua,  siguen esperando la ayuda que el Gobierno de Daniel Ortega prometió días después del fenómeno natural.

Desde noviembre del año 2020, los pobladores de las comunidades indígenas que viven a lo largo de la ribera del Río Coco y estuvieron en la trayectoria de ambos huracanes, viven una situación de calamidad.

Las familias que, además de perder sus casas y sus cosechas, muchas siguen viviendo en casas de amigos o familiares a la espera que el gobierno les ayude en la reconstrucción o les facilite alimentos para sobrevivir a esta tragedia humana.

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Adrián Sierra Bucardo, concejal regional del partido Yatama, dijo a IP Nicaragua que, desde tras el paso de los dos huracanes, las poblaciones afectadas no han recibido ningún tipo de ayuda de parte de las autoridades regionales.

“Solo algunas organizaciones civiles estan ayudando, como Acción Medica Cristiana, el Programa Mundial de Alimentos, PMA, UNICEF y otra, pero no es suficiente, más que todo son servicios de salud, para prevenir el covid-19, problemas de agua y cosas así”, señaló el concejal regional.

Las afectaciones reales

Sierra Bucardo denunció que, el gobierno quiere manipular todas las donaciones, por eso algunas organizaciones de Naciones Unidas como el Programa Mundial de Alimentos (PMA) utiliza sus propios mecanismos para distribuir la comida de manera directa.

Los huracanes Eta e Iota dejó a 1.8 millones de personas afectadas, 21 personas fallecidas, más de 160,500 personas evacuadas y al menos 59,900 personas en albergues y casas solidarias, según datos oficiales.

Los fenómenos naturales provocaron daños a las viviendas e infraestructura básica en 56 municipios del país, incluyendo a más de 1,750 kilómetros de carreteras, 106 puentes y dos muelles, uno de ellos internacional.

“Ellos saben que fue bien afectado, que hay mucha gente que quedó en la miseria, porque ellos mismos  evacuaron  a toda la población, desde la cabecera municipal de Waspán hasta río abajo, porque ellos mismos  las concentraron  en varias comunidades del sector de río arriba, más bien creo que es una forma de marginación y discriminación”, argumentó el concejal de Yatama.

Según el testimonio de Sierra Bucardo, la población está sobreviviendo con lo poco que encuentra de tubérculos, plátanos, yuca y otros productos.

“Hay escases, pero Dios no abandona a la gente. Yo calculo que son unas 100 mil familias afectadas, porque fueron devastadores los huracanes, pasó por toda la zona y la mayoría de la población sobre la ribera del rio coco lo perdió todo, aquí un 98 por ciento de la población vive de la agricultura”, reflexiona el concejal de Yatama.

La educación en la zona es un desastre

Una vez contabilizados los daños, se constató que 261 centros escolares sufrieron afectaciones en la infraestructura, especialmente en 12 departamentos y en las dos Regiones Autónomas de la Costa Caribe (Norte y Sur).

Los niños y niñas en las comunidades afectadas por los huracanes reciben clases en condiciones paupérrimas. Foto IP Nicaragua/Orlando Valenzuela

El funcionario opositor, afirma que la situación de la educación es “más que desastrosa” en esta zona del país. Pese de haber planteado ante el Consejo Regional el drama de escuelas caídas y sin techo, en el presupuesto general no se consideró dejar una partida para reconstruir las escuela, ni mucho menos viviendas de la población que quedó a la intemperie.

“La mayoría de las escuelas quedaron destruidas, sin techo, en el suelo, y los niños están en calamidad total. Yo puse en conocimiento esto, sin embargo, como que no les importa, no le interesa al gobierno, no lo ven como una necesidad básica”, denunció Sierra Bucardo.

Agregó que, “hay escuelas caídas, totalmente sin pupitres, pero a eso no le ponen mente, las clases las siguen recibiendo los estudiantes, tal vez en algún tambo, bajo la sombra de un árbol”.

Los habitantes de la ribera del Río Coco fueron afectados por los huracanes Eta e Iota. Foto: Ip Nicaragua/Orlando Valenzuela

Comunidades afectadas

Federico Williams, habitante de la comunidad Bismona, en el extremo noreste de Nicaragua, dijo que el huracán pegó con fuerza en su comunidad, destruyendo casas, escuelas, cultivos y todo lo que encontró a su paso.

“Pero hasta la fecha del día de hoy a la gente de Bismona no le han dado ningún tipo de ayuda. Yo vivo allí, en Bismona, cerca de la laguna y no sabemos nada de ayuda”, denunció el poblador misquito.

En Puerto Cabezas, Sergio Chow, miembro del Consejo Regional, afirmó que ha sido difícil superar las pérdidas económicas a seis meses del paso de los huracanes.

“Necesitamos que se de financiamiento a la gente que ha perdido todo, por ejemplo gente que perdió 5 o 10 mil nasas (jaulas o trampas), porque ya viene la temporada de langosta y no tenemos con qué trabajar”, denunció el funcionario del gobierno regional.

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