Incentivar a los más jóvenes para que aprendan a tocar la marimba y crear escuelas, con cursos gratuitos, donde se enseñe a tocar este instrumento son algunas de las iniciativas que plantean algunos marimberos para mantener viva la tradición en Nicaragua.
Néstor Dávila es el tercero de su generación que sigue tocando con mucho amor la marimba. Él pertenece a la agrupación «Marimba Hermanos Dávila», que tiene más de 50 años de existir en Nicaragua.
Este arte lo aprendió de su papá, quien falleció hace quince años, pero fue su abuelo quien les inculcó la pasión por este instrumento a base de madera.
«Esto viene de generación en generación, yo tengo 42 años y desde muy niño yo andaba con mi papá tocando (marimba) en los lugares donde lo contrataban», dice Dávila a IP Nicaragua.
Asegura que actualmente son tres hermanos quienes mantienen la tradición familiar, uno de ellos «se convirtió a la religión cristiana evangélica y se lo prohibió su iglesia», indicó. En otros momentos se unen «unos sobrinos» a la agrupación.
Explica que esta herencia que le dejó su abuelo «ha sido una bendición y una alegría».
«Es algo que no todo mundo lo domina, a nosotros también nos ha servido como sustento familiar, porque de esto vivimos aunque tenemos nuestros trabajos, pero siempre tocamos los fines de semana», destacó Dávila.
Nestor explica que tiene 3 hijos, 2 varones y una mujer, «el mayor se hace cargo de la percusión, y el de 8 años que lo llevo conmigo para que vaya aprendiendo», detalló. Su objetivo es que esta tradición no se pierda.
Cuenta que tiene nueve hermanos, pero solamente tres están tocando este instrumento. «Sería una lastima que esta tradición se pierda, y si nosotros dejáramos de tocar, nadie seguiría con este legado que nos han dejado nuestros ancestros», explica Dávila.
«Hemos andado por todos los rincones de Nicaragua, y cuando toco este instrumento siento una emoción como cuando cantás con tanta pasión o cuando bailás con tanto entusiasmo. A mí me gusta tocar la marimba, además que es un trabajo, pero me siento a gusto haciéndolo», dice Dávila.
Con esta profesión, asegura que su abuelo desde niño le decía que «vas a encontrar amistades, conocerás lugares y vas a ganar dinero». Esas palabras asegura lo acompañan siempre.
Norlan Díaz Ruiz, de 23 años, recientemente se graduó como diseñador gráfico en la Universidad Centroamericana (UCA).
A Díaz, desde muy niño, le gusta la marimba y aprendió a tocarla. Ahora dirige el grupo de «Marimba Díaz Ruiz», integrada por cuatro jóvenes que apoyan este arte.
Gerardo Antonio Galán, hijo del conocido marimbero de Masaya Juan Galán (q.e.p.d) le enseñó a tocar el instrumento.
«Cerca en mi barrio había un marimbero y a mí siempre me gustó la marimba desde pequeño. Mi mamá me impulsó, me pagó unas clases y me compró la primera marimba. Después de un año, yo fui aprendiendo por mí mismo los sones», afirma Díaz Ruiz.
Para Díaz Ruiz, la marimba es el alma de la cultura nicaragüense. «La marimba debería ser el instrumento nacional. Para mí ha sido bastante importante, además de ser parte de la cultura nicaragüense y las tradiciones de Masaya, también es una forma de vivir y subsistir y de apoyo económico para todos nosotros los marimbistas», manifestó Norlan.
En Costa Rica, la marimba la declararon en el año 1996 instrumento nacional por excelencia, considerando que representa y dignifica el arte y la cultura del pueblo costarricense.
El Decreto Ejecutivo N°25114-C, establece que está “asociado a las festividades populares más diversas de Costa Rica, convirtiéndose en un verdadero símbolo nacional”.
Costa Rica declaró la marimba patrimonio cultural, sin embargo, el instrumento está ligado a varios Estados del mundo,
regularmente se toca en México, Colombia, y en Centroamérica, sobre todo en Nicaragua, Guatemala y Costa Rica.
La tradición de la marimba es de evidente trascendencia para la cultura costarricense en los alrededores musicales, artesanales y simbólicos, desde épocas remotas y cuenta con especial presencia en la provincia de Guanacaste, pero también en Puntarenas, Valle Central, y otros territorios del país, especialmente en actividades de carácter festivo en las
comunidades.
Ciudadanos del vecino país, explicaron a IP Nicaragua que la importancia cultural de la marimba se ha reconocido con sendos señalamientos, tanto a la marimba como “instrumento musical nacional”, desde el 9 de agosto de 1996; como a los intérpretes del instrumento, a través de la declaratoria del “Día Nacional del Marimbista”, propuesta por decreto ejecutivo el 12 de agosto del 2004, en ese país.
Costa Rica cuenta con diferentes tipos de declaratorias a cargo de entidades públicas, tales como declaratorias de Símbolo Nacional por la Asamblea Legislativa; decretos que se cumplen fechas de honor por el Poder Ejecutivo y declaraciones de patrimonio, tanto arquitectónico como inmaterial, por el Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural y la Comisión Nacional del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Para salvaguardar la herencia cultural, se destinó un terreno propiedad del Liceo de Santa Cruz, en Guanacaste, Costa Rica, para la creación del Bosque de la marimba, al existir una limitante para la elaboración de este instrumento, ya que la materia está en peligro de extinción.
El proyecto contempla un espacio de reforestación, donde se pueden producir, obtener y preservar las materias primas necesarias para la construcción del instrumento.
Las maderas más adecuadas para su fabricación están protegidas por el Estado con una veda que impide su explotación comercial, pues se encuentran bajo algún grado de amenaza.
Estos árboles son el cedro (en veda), que sirve para la construcción de la caja de resonancia, el cristóbal o cachimbo (en veda) para el teclado, el guaitil (sin veda) para el bolillo y el hule (sin veda) para la cabeza del bolillo.
“Aquella Indita”, “Los Dos Bolillos”, “La Culebrita Blanca”, “La Miel Gorda”, “María Estela”, “El Sapo” y “El Mate Amargo” son algunos de los sones que se tocan con la marimba de arco, una variante sencilla del instrumento de origen africano.
La marimba de arco nicaragüense no ha sufrido cambios significativos en su estructura, solamente se diferencia en algunos de los materiales con que es elaborada.
De este instrumento sonoro, conformado por 22 teclas, sale la música y bailes folclóricos de la región de Pacífico nicaragüense.
La mayoría de los investigadores coinciden en que la marimba tiene origen africano. Cabe preguntar entonces, ¿cómo llegó a Monimbó?
La teoría más aceptable es que la marimba sufrió un proceso de adecuación, pues en Mesoamérica existían instrumentos de percusión con el mismo principio de la marimba; es decir, la tecla percutida por bolillos, tal es el caso del tunkul maya y el teponaxtle azteca, lo que evidencia que también hay raíces precolombinas, indica la revista Magazine, en un artículo titulado «Los sones de la marimba», publicado en en julio de 2018.
Estudios especializados la describen como un instrumento primitivo, que sería el precursor de la marimba chiapaneca, que evolucionada se extendería por toda Mesoamérica.
De este modo se podría afirmar, que si bien es cierto la marimba es de origen africano, se reinventó en tierras americanas. Esa versión modificada es la que llegó a Monimbó, precisa el artículo.
Para mantener viva esta tradición, Dávila asegura que sueña con crear una escuela de marimba tradicional, que asegura que no existe, porque las que hay son marimbas de doble teclado, muy diferente dice a la que él toca.
«Una Marimba que sea la tradicional de Masaya no hay escuelas para niños, y hay bastantes niños que les gusta este instrumento, pero no pueden ejecutarlo porque no hay una escuela para eso», dice.
En su caso, él ha impartido clases a niños que lo han buscado, pero hace falta mayor promoción e interés de las autoridades de cultura.
«Antes del año 2018, acá había unas escuelas que se dedicaban a la enseñanza de la marimba de arte, las cuales eran muy buenas y prestaban todos los servicios, los maestros eran marimbistas y los instrumentos en buen estado, principalmente que era gratis y eso le daba una motivación a la gente para llegar y aprender», recuerda Díaz Ruiz.
A nivel familiar y educativo también debe promoverse el gusto por este instrumento. «La gente busca algo nuevo, pero no hay mucha variedad, pero sería bueno que a los niños se le vaya inculcando desde la parte educativa la enseñanza de la marimba», puntualizó Díaz Ruiz.
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