Afectados por huracán Julia en Laguna de Perlas reciben apoyo de las iglesias

Miembros de cinco iglesias del municipio de Bluefields, en la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur, están recolectando víveres para las familias afectadas por el huracán Julia en Laguna de Perlas, uno de los territorios más devastados por la furia de los vientos.

El pasado 9 de octubre, el huracán Julia tocó tierra a lo largo de la costa cerca de Laguna de Perlas, en Nicaragua y dejó una gran devastación, pero las poblaciones afectadas ya no son el tema principal para las autoridades locales ni nacionales.

No obstante, para las iglesias Tabernáculo, Bautista, Maranatha, entre otras, es prioridad continuar con la recolecta de víveres para donar a la población mayormente afectada.

Lindolfo Hodgson, pastor de la iglesia Tabernáculo, quien lidera esta campaña, informó que enviaron cien paquetes de alimentos y quinientos galones de agua, además de sacos de ropa para las familias de la aldea costera Tasbapauni, ubicada a 72 kilómetros al norte de Bluefields.

laguna de perlas

Dos días después del huracán, los líderes de estas congregaciones se unieron para ayudar a la población afectada.

“Fue exitoso porque nosotros coordinamos con la junta comunal de ese lugar, por lo tanto ellos tienen un censo, me enviaron fotografías, entonces solo nos queda agradecerles por su trabajo y apoyo”, expresó el líder religioso.

Ayuda se extiende a otras comunidades

Las iglesias unidas, también enviarán ayuda a la comunidad de Kakabila y Sumí Lagoon, donde se contabilizan unas 140 familias afectadas, por lo que el pastor invitó a la población a seguir donando.

Algo en lo que remarcó el líder espiritual es en el llamado a donar rollos de plásticos para forrar algunas viviendas que las familias no han podido reconstruir por la precaria situación económica.

Los vientos desprendieron las plantaciones y las comunidades se quedaron sin cosecha, lo que representa un peligro alimenticio para la población que vive de la agricultura y la pesca.

“Nosotros sabemos que todo lo que era la siembra y cosecha el huracán lo destruyó”, lamentó el pastor Lindolfo.

Las familias que poseen parcelas sembradas tradicionalmente las utilizan para consumo y venta, muchas de ellas perdieron absolutamente todo.

Otras familias que son pescadoras también perdieron los equipos de pesca artesanales en la laguna, dejando un desabastecimiento en puntos de ventas.

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