Víctimas de la represión gubernamental de abril de 2018 siguen anhelando que se haga justicia

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En foro exponen las dramáticas experiencias de los que sufrieron tortura o le asesinaron  a algún familiar.

Redacción / IP Nicaragua

La voz de Elizabeth Velásquez García se quebranta a cada momento mientras narra la tragedia que le tocó vivir el 8 de julio de 2018, cuando paramilitares y policías irrumpieron en la ciudad de Jinotepe para desmantelar los tranques instalados en las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

Su hijo, Josué Mojica, de apenas 20 años, fue asesinado ese día. Velásquez, recuerda que, en medio de la balacera que se escuchaba por toda la ciudad, ella y unas vecinas salieron con unas escobas y le colgaron camisetas blancas, como símbolo de paz. Iban en busca de su hijo, quien había salido de la casa, cuando ella estaba en otro inmueble de la familia.

“Mi esperanza era encontrarlo vivo. Nunca pensé que mi hijo estuviera muerto, yo decía que no podía estar muerto”, recuerda.

Tranques durante las protestas contra Ortega. Foto: Orlando Valenzuela.

La pena de Velásquez García, enlace territorial de la Asociación de Madres de Abril (AMA), es mayor cuando narra que los asesinos “bailaron sobre el cuerpo” de su hijo.

“Me comentaron que bailaron sobre su cuerpo, que estaba en agonía y que me llamaba. La bala que entró perforó el hígado y la boca del estómago (…) Llevaba una estocada en su corazón, un médico quiso ayudarlo, pero no lo dejaron”, enfatizó Velásquez García, quien expuso su historia en el Segundo Foro “Voces en el Exilio”.

Buscar justicia

El foro “Voces en el Exilio” fue organizado por la Articulación de Movimientos Sociales, en el que expusieron su demanda de justicia para las “víctimas de la dictadura”.

“No he podido tener luto, siempre están con el asedio. Cuando iba a enterrar a mi hijo los paramilitares celebraban con morteros y yo destrozada, pero me duele, porque dicen que mi hijo decía que si lo mataban quería llevar la bandera de Nicaragua y chicheros, pero no se pudo, con costo pudimos darle sepultura, porque todo estaba lleno de paramilitares”, recuerda la progenitora del joven asesinado.

A pesar del hostigamiento y el asedio constante en su contra, Velásquez García anhela obtener justicia por el asesinato de Josué. Afirma que ha alzado su voz para para pedir justicia también por los exiliados y los presos políticos, porque asegura que en Nicaragua “nada está normal”.

“Yo quiero luchar aquí por la justicia, porque se haga justicia por mi hijo. Yo estuve en Ecuador denunciando las arbitrariedades y su abuso, yo no me voy a cansar mientras Dios me de vida. No queremos más dictadura en Nicaragua, hagamos la lucha por sacar a este asesino de Nicaragua,  por eso hay que unirnos y que paguen los culpables, los que asesinaron a nuestros hijos”, señaló.

“No repetición”

En Nicaragua, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) unos 328 nicaragüenses fueron asesinados por grupos policiales y paramilitares, más de 2 mil personas resultaron heridas y más de 100 mil se fueron al exilio.

Leer más: En Nicaragua todavía hay 94 presos políticos

Hanssel Vásquez, expreso político y actual miembro de la Comisión de Justicia de la Unión de Presos Políticos Nicaragüenses (UPPN), señaló que la justicia debe ir encaminada a la “no repetición”.

“Enfocarnos todos como nicaragüenses en los procesos de no repetición y es fundamental que todos estemos involucrados, porque como pueblo tenemos que decirle al que llegue al poder que sufrimos violaciones de derechos humanos y que no se repita el ciclo de violencia”, mencionó.

El representante de la Comisión de Justicia de la UPPN estuvo 11 meses en prisión, primeramente en las celdas de la Dirección de Auxilio Judicial, mejor conocida como “El Chipote” y luego en el Sistema Penitenciario Nacional Jorge Navarro, “La Modelo”.

Según Vásquez, en la UPPN están articulando los ejes para obtener un “proceso de justicia para los presos políticos”.

“Tenemos excarcelados que han tenido que huir al exilio, fueron torturados  dentro de la cárcel sufrieron de persecución y tuvieron que huir, eso también es crimen de lesa humanidad”, mencionó.

Gonzalo Carrión, director del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca +, concluyó el debate en el foro argumentando que “un pueblo no merece vivir bajo el yugo de una tiranía”.

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